Una franja de piedras y tierra bordea la casa que está  junto a la antigua cárcel municipal, que se ubica en Julián Coronel y Baquerizo Moreno, en el centro de Guayaquil.

La vivienda es de propiedad de Elena Carvajal de Manotoa quien la habita desde hace 20 años. Pero en enero ya no será suya. En esa fecha comenzarán los trabajos de renovación urbana  en las inmediaciones   de la antigua cárcel municipal, que albergó detenidos hasta 1960.

Ahora los trabajos se concentran en la rehabilitación de la fachada de la estructura. 

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Debido a la obra que ejecuta la Fundación Siglo XXI, ya no puede ingresar su vehículo al garaje. “Que más queda”, dice. “Después de todo ya nos vamos”, manifiesta Carvajal.

No obstante, todavía no entrega las escrituras para que el Municipio efectúe la expropiación.

También perdió parte de sus ingresos mensuales, ya que la inquilina de una de las habitaciones que está en la planta baja de su casa  abandonó el sitio. “Son 200 dólares menos en una época de crisis”, precisó. Esta familia es una de las 16 que tendrán que salir por el proyecto.

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Cerca de allí, en una casa mixta de bloques y madera vive Rocío Cascante Cisneros con tres ancianas.

Una de ellas, Rocío Molina, vende velas en las afueras de la iglesia San Vicente. Su mirada es triste y preocupada.

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“Ya se acerca el día en que nos toca salir”, es lo primero que recuerda.

Y como quiere estar preparada, Cascante sale todas las mañanas a buscar un nuevo sitio para vivir.

Su preocupación radica en que no sabe si los $ 11.260 que le darán por la expropiación le alcancen para comprar una casa para llevar a sus familiares de la tercera edad.

El gerente de la  Fundación Municipal Guayaquil Siglo XXI, Wilfrido Matamoros, expresó que a esta entidad solo le corresponde el arreglo de la fachada de la estructura y el mejoramiento del entorno (veredas y bordillos) a un  costo de 130.000 dólares.

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El contratista de la obra es el  Ing. Iván Roca. Los trabajos de rehabilitación de la fachada culminarán en julio próximo.

En enero se construirá el área de parqueos. Se planea que la antigua cárcel se convierta en un centro de servicios sociales.

Se adecuarán oficinas para hacer  actividades culturales y de servicio comunitario como asistencia jurídica, médica y dental gratuita, según el rector de la Universidad Católica de  Guayaquil, Michel Doumet.

Esta entidad administrará en comodato el inmueble donde se ofrecerán aquellos servicios. En 1992 se firmó un convenio en que el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social  cedió el inmueble en comodato por 40 años al centro de educación superior.