Aún conserva, Segundo Rivas, la sábana del hospital Luis Vernaza que le sirve para cubrirse del intenso frío que tiene que pasar en las noches, acostado en el parterre de las calles Ayacucho y Cacique Álvarez (esquina), en el centro de la urbe.

Rivas, quien se dedica a recoger plásticos y cartones en las vías, cuenta que el pasado viernes 21 de mayo un carro lo atropelló cuando pasaba por la Bahía y lo trasladaron inmediatamente al hospital Luis Vernaza, donde lo atendieron.

Luego de dos días una ambulancia de la misma institución, informaron los moradores de la zona, lo llevó hasta donde están ahora y lo dejó ahí.

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El mendigo tiene su pierna enyesada y posee una sonda. No puede moverse, explicó porque todabía le duele la espalda.

“Hay días que no duermo porque me duele demasiado el cuerpo y el piso es muy duro. Tengo que estar tres meses con el yeso y no sé qué hacer con esto”, expresó.

Su cama está formada por cartones y fundas. Su único vestuario es una camiseta rota y a su alrededor tiene una botella de dos litros en el que deposita su orine cuando la sonda está llena.

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Los moradores de la zona le regalan pan o arroz durante el día, además le dan pastillas para el dolor. Él comenta que no tiene familia ni vivienda.

“Mis hermanos están en la ‘yoni’ y yo me quedé aquí, solo me dedico a recoger cosas que la gente deja botadas”, acotó.

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Los habitantes afirman que constantemente las ambulancias de los hospitales dejan a los mendigos que han sufrido algún accidente.

En la otra esquina, un anciano dormía entre periódicos y cartones. Las personas dijeron que el señor fue dejado ahí por una ambulancia hace dos meses.

Ayer este diario trató de comunicarse con el administrador del hospital Luis Vernaza, pero no nos atendió.

 

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