Al Ecuador no le correspondía preparar la 34ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), sino la anterior, explica el representante permanente del país ante ese organismo en Washington, Marcelo Hervas, quien fue llamado en consulta a Quito, la semana pasada, para colaborar en la organización local. El diplomático regresará la semana próxima.

La OEA hizo la designación hace cinco años, durante la 29ª Asamblea General realizada en Barbados.

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Pero el país pidió a Chile que se adelantara un año como sede.

“En el 2002, Ecuador iba a empezar su campaña electoral y no tendríamos el tiempo suficiente para organizarla. Con Chile siempre hemos tenido una buena relación de colaboración”, dice Hervas. Ecuador era uno de los pocos países que nunca había actuado como sede de la reunión.

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“Este año, sin embargo, la Asamblea tiene una connotación especial porque se realizará la elección del nuevo secretario general, en reemplazo de César Gaviria”, señala.

Anualmente, el país paga a la OEA una cuota de 166 mil dólares, aproximadamente. Esta cifra significa menos del 1% del presupuesto total del organismo.

Estados Unidos –compara Hervas– representa el 66%. En cambio, señala, los beneficios económicos que recibe el Ecuador son mayores: becas por 200 mil dólares y la colaboración técnica en proyectos sociales, educativos y de alivio a la pobreza.