Ahora como preparador de arqueros de Liga de Quito, desde hace ocho temporadas, la Abeja  Moya, de 40 años, comparte las jornadas de entrenamiento con Aguinaga, a quien tuvo compañero por pocos meses en Deportivo Quito, durante 1989.

Moya está agradecido con el fútbol porque le ha dado todo lo que tiene y los gratos recuerdos que guarda del pasado. Fue declarado el mejor arquero de AFNA (Asociación de Fútbol No Amateur de Pichincha) en 1986 en América, donde tuvo sus mejores años como profesional. Incluso “El Nacional me quiso comprar por cuatro millones de sucres, pero América pedía cinco y por un millón no jugué allí”, reveló.

Él se considera parte de la primera generación de arqueros nacionales competitivos que comenzó a aparecer en la década del 80. Con él salieron Carlos Luis Morales, Rolando Guerrero, Ramón Macías, Pancho Reinoso, entre otros.

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Luego de cumplir su última temporada en América, en 1988, fue vendido a Deportivo Quito. En 1992 fue transferido a Espoli, donde permaneció hasta 1993. Regresó al cuadro chulla en 1994, sin embargo, hacia 1995 fue rezagado del equipo y decidió retirarse.

“Un día, en un partido de Corinthians con Espoli, en el Atahualpa, me topé con Carlos Sevilla y me habló de la posibilidad de ir a Liga de Quito como preparador de arqueros”.

Y 16 años después de debutar en primera categoría del fútbol ecuatoriano, en 1981, con 17 años, ascendido de las divisiones menores de Liga de Quito, Moya regresó al club albo que lo acogió de juvenil desde 1975 para trabajar en el cuerpo técnico. “Como jugador me fue bien a medias, pero como preparador de arqueros la vida me ha sonreído mejor”.

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Paralelamente, Moya cumple unos cursos de computación y le restan dos semestres para el título de tecnólogo en esta rama.

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