Ramzán, hijo del asesinado presidente chechén, Ajmad Kadírov, se convirtió este lunes en el segundo hombre fuerte de Chechenia con el apoyo del Kremlin y amparado por una guardia pretoriana de miles de hombres, odiados y temidos por sus abusos.
 
Al frente del Ejecutivo está Serguéi Abrámov, primer ministro de Chechenia a quien el jefe de Estado ruso, Vladímir Putin, nombró presidente en funciones de esa república horas después del atentado que acabó ayer con la vida de Kadírov y de otras seis personas.
 
La muerte de Kadírov por la bomba que estalló en el estadio Dinamo de Grozni ha puesto contra las cuerdas la estrategia en Chechenia del Kremlin, que ha perdido al único hombre fuerte capaz de mantener a raya a los jefes chechenes e incluso supeditarlos a Moscú.
 
Por eso, sabedor de que Abrámov (un político ruso de 32 años, cuya única función era la de "vigilar" los pasos que daba Kadírov) no tiene peso entre los clanes chechenes, Putin decidió designar a Ramzán como hombre fuerte en el Gobierno de esa república.
 
Fue Abrámov quien comunicó hoy el nombramiento de Ramzán como primer vicepresidente del Gobierno chechén, es decir, con funciones de viceprimer ministro y por delante del resto de dirigentes que, hasta ahora, habían tolerado al hijo de Kadírov para no afrontar las iras del malogrado presidente.
 
Ramzán, un veinteañero crecido en medio de dos guerras, voló ayer a Moscú tras conocerse la muerte de su padre para ser recibido por el presidente Putin.
 
En unas imágenes televisivas que levantaron los recelos de los halcones del Kremlin y el Ejército ruso, un apesadumbrado Putin manifestaba sus condolencias a un Ramzán barbudo y vestido con un chándal.
 
Putin subrayó ante Ramzán que su padre "fue un hombre de verdad, heroico" y subrayó que, a pesar de su muerte, "partió sin ser vencido".
 
En medio de una multitud llena de fervor, Ramzán y su hermano Zelim Jan portaban hoy el féretro de Kadírov y bajaban a la tumba de su padre para darle su último adiós.
 
"Chechenia ha sido entregada en herencia", destacaba en su edición vespertina el diario digital ruso Gazeta.Ru, para resumir el gesto de ayer de Putin y el nombramiento de hoy.
 
Según el diario, Putin prefiere que el hueco dejado por Kadírov lo llenen de momento su hijo y, sobre todo, los cerca de 10.000 paramilitares y policías que lo apoyan.
 
Fue el propio Ajmad Kadírov quien, tras ser instalado por Putin al frente de la Administración provisional de Chechenia en junio de 2000, dio el visto bueno para la creación de ese auténtico ejército de mercenarios y milicianos unidos por vínculos de sangre, del que poco después se haría cargo Ramzán.
 
Estas fuerzas aseguraban a Kadírov en el poder, pero a la vez servían a los propósitos del Kremlin de "chechenizar" la guerra en la república separatista y desviar las iras de los rebeldes contra los chechenes prorrusos.
 
En numerosas apariciones en la televisión local, Kadírov y su hijo prometían la muerte a los separatistas "wahabíes" y amenazaban a sus familias, en una atmósfera de presión que sólo encontró eco en las denuncias de grupos humanitarios, mientras Moscú hacía caso omiso.
 
Muy pronto, la armada de Ramzán se convirtió en un importantísimo peso en la balanza de poder chechena, sobre todo ante las elecciones presidenciales de octubre de 2003, que ganó Kadírov con un 80 por ciento de los votos.
 
En esas elecciones, la prensa pudo escuchar numerosas denuncias sobre las arbitrariedades de los hombres de Ramzán, acusados de desapariciones, asesinatos, saqueos y otras brutalidades por una población que hasta entonces sólo veía en los rusos sus enemigos.
 
El mismo Ramzán ha sido acusado de asesinato, de violación y de pagar los lujosos todoterrenos que conduce con el tráfico de droga y los secuestros, pero en ningún caso ha comparecido ante la ley.
 
El problema ahora, como indicó hoy la página digital Grani.Ru, es que Ramzán puede ser temido y odiado, pero no tiene el respeto que su padre tenía entre los clanes chechenes, lo que podría llevar a una lucha interna por el poder que quizá convenga a Moscú.
 
"Con el nombramiento de hoy (de Ramzán), el Kremlin, sin sonrojo alguno, da a entender que la tarea del joven Kadírov consiste en convertir definitivamente la guerra colonial en una guerra civil", aseguró Grani.ru.