El embajador de Venezuela en Colombia, Carlos Rodolfo Santiago, responsabilizó este domingo al ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez y a un grupo de políticos opositores de fraguar un golpe de Estado contra el mandatario Hugo Chávez con la participación de paramilitares colombianos.
"Cómo es posible que un ex presidente esté hablando de que iba a sacar al presidente Chávez por la fuerza y de que iba a haber muertos en Venezuela, eso indica el grado de obsesión y de locura que tiene esta gente", aseveró el diplomático a la emisora privada Radio Caracol.
Pérez fue dos veces presidente (1974-1979 y 1989-1993), y Chávez se levantó en armas contra él el 4 de febrero de 1992, cuando era teniente coronel del Ejército. El ex presidente arremetió contra Chávez el jueves en declaraciones a la misma radioemisora, y vaticinó que la conflictiva situación en Venezuela dejaría muchos muertos.
Santiago mencionó a Pérez al ser consultado por la emisora acerca de la captura este domingo en Venezuela de 56 paramilitares colombianos de un contingente de 130, que según el gobierno venezolano se entrenaban para dar un golpe de Estado contra Chávez.
Según Santiago, son unos 1.500 irregulares colombianos los que estarían involucrados en el plan para derrocar a Chávez, quien fue objeto de un fallido golpe de Estado en abril de 2002 que lo sacó por 47 horas del poder.
Los 56 paramilitares de extrema derecha fueron capturados en la madrugada del domingo con equipos y armas militares en una hacienda en el sector montañoso Sabaneta de Baruta, en las afueras del sureste de Caracas, según el jefe de la policía de inteligencia venezolana DISIP, Miguel Rodríguez Torres.
El embajador señaló que las operaciones en Sabaneta de Baruta continúan y que el plan estaba financiado por sectores de la oposición venezolana, entre quienes mencionó también al empresario Pedro Carmona -asilado en Colombia-, quien encabezó fugazmente el gobierno cívico-militar que se instaló en Venezuela tras el golpe a Chávez.
Venezuela y Colombia tienen frecuentes roces porque algunos sectores en Bogotá sostienen que Chávez colabora con las guerrillas izquierdistas, en tanto Caracas acusa a las autoridades colombianas de ser complacientes con los paramilitares de ultraderecha en la frontera.