Felipe de Borbón y Letizia Ortiz han recibido un sinnúmero de regalos con motivo de su inminente boda, el próximo 22 de mayo en Madrid: desde obras de arte hasta el aceite de oliva que se consumirá en el banquete, pasando por una trufa de 4.500 euros y una pareja de burros. 
 
“A no ser que sean una extravagancia, todos los regalos son aceptados”, afirmó el martes pasado un portavoz de la Casa Real, que no estaba en condiciones de precisar con exactitud cuántos regalos han recibido los futuros esposos. 
 
Varios gobiernos regionales regalarán a la pareja  esculturas de artistas locales, como el caso de Murcia, que eligió una obra de Gonzalo Beltrán, de tamaño pequeño-mediano, con el deseo de que integre la decoración interior de la futura residencia de los príncipes de Asturias. 
 
Un deseo similar abriga el escultor canario Martín Chirino, pues la  alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria obsequiará a la pareja una de sus obras. 
 
El gobierno de Cantabria les regalará una campana de bronce de 800 kilos, obra de artesanía de una familia de la localidad de Gajano, que la bautizará con el nombre de “Virgen Bien Aparecida”.
 
El ayuntamiento de la localidad española de Novelda regalará a los novios una escultura de mármol. 
 
El gobierno de Castilla y León prefirió una lujosa cristalería de diseño exclusivo formada por 192 piezas y valorada en 6.000 euros elaborada en la Real Fábrica de Vidrio de La Granja, que data de 1746.