La estación central de trenes de Milán (norte de Italia) había sido escogida hace siete o cinco años por extremistas árabes para cometer un atentado parecido al realizado el 11 de marzo en Madrid, según revelaciones de un tunecino detenido con conexiones con Al Qaeda y publicadas este jueves por el diario Il Corriere della Sera.
El atentado iba a ser cometido entre 1997 y 2001 por Al Qaeda, afirmó el tunecino, quien fue detenido en el 2001, antes de los atentados de septiembre de ese año en Estados Unidos.
Las revelaciones suscitaron fuerte precupación en Italia, que teme ser el próximo objetivo del terrorismo internacional.
La fiscalía de Milán indicó este jueves que "ninguno de los proyectos de los atentados planificados por el tunecino fueron realizados, ni siquiera parcialmente".
Según la fiscalía milanesa el tunecino no es un extremista con conexiones con Al Qaeda, sino un delincuente común detenido desde abril del 2001 y hace referencias a hechos, proyectos e ideas de antes de esa fecha.
Los jueces excluyen además que existan relaciones de cooperación entre extremistas árabes con las Brigadas Rojas "que no sean de tipo carcelaria", sostienen en un comunicado, en el que minimizan las informaciones publicadas por el diario.
El viceministro del Interior, Alfredo Mantovano, protestó este jueves por la fuga de noticias y anunció la apertura de una investigación sobre el caso.
El tunecino, identidicado como "Ahmed", con un diploma de músico y ex chofer de taxi, detenido por asociación para delinquir, tenía conexiones con un compatriota, Essid ben Khemais, condenado en el 2002 a cinco años de cárcel por asociación para delinquir.
Según las autoridades italianas, Khemais mantenía contactos con la red de Osama bin Laden.
Además del atentado a la estación, el tunecino contó que pensaban realizar actos terroristas en estaciones de policía, el cuartel central de los carabineros, bases de la OTAN y contra personalidades italianas.
Según el tunecino, que con sus confesiones espera acogerse al programa de protección para los arrepentidos, los explosivos iban a ser escondidos en morrales para que estallaran simultáneamente en un día de gran afluencia de público, como "el 23, 24 ó 31 de diciembre".