El número de muertos en los atentados perpetrados este jueves en Madrid asciende ya a 190, mientras el de heridos fue cifrado en 1.400, según los últimos informes oficiales, que atribuyen la autoría a la organización terrorista ETA.
Los equipos judiciales encargados de la investigación de los siniestros han procedido al levantamiento, hasta el momento, de 181 cadáveres en los lugares en los que se produjeron las explosiones.
Otras nueve personas, que resultaron heridas en los atentados, murieron después en diversos hospitales de la capital de España, según estos informes.
Las explosiones afectaron a cuatro trenes que estaban en la céntrica estación de Atocha y en las cercanas de El Pozo y Santa Eugenia, en la periferia de Madrid.
Las detonaciones tuvieron lugar poco antes de las 08.00 hora local (07.00 GMT), cuando miles de trabajadores y estudiantes se desplazaban en estos trenes que tienen como base Atocha, donde confluyen numerosas líneas que unen a poblaciones cercanas y ciudades de toda España con Madrid.
El atentado es el primero que comete la banda terrorista este año, después de que la Guardia Civil española localizara días atrás una furgoneta cargada con 500 kilos de explosivos en la localidad de Cañaveras, a 200 kilómetros al este de la capital española, y detuviera a dos etarras.
La organización armada ha atentado en numerosas ocasiones contra estaciones de ferrocarril, entre ellas las madrileñas de Atocha y Chamartín, donde la explosión de dos bombas en 1979 causaron la muerte de seis personas.
La última acción de ETA contra instalaciones ferroviarias se produjo el pasado 24 de diciembre, cuando dos de sus miembros introdujeron una bomba en un tren de la línea que une la ciudad norteña de Irún con Madrid.
En esa ocasión, el artefacto explosivo fue localizado por la Policía y desactivado en Burgos, a unos doscientos kilómetros de la capital de España.