El corresponsal de la cadena española de televisión Antena 3, Ricardo Ortega, murió este domingo tras ser tiroteado cuando cubría una manifestación en Puerto Príncipe de opositores al ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide.
 
Ortega recibió un disparo en el tórax y otro en el abdomen que le produjeron heridas muy graves y falleció poco después del incidente en un hospital de la capital haitiana, según comprobó EFE.
 
Según indicaron testigos presenciales, Ortega y otros periodistas nacionales y extranjeros cubrían la manifestación y hacia las 14h00 horario local (19h00 GMT), cuando la marcha llegaba a las inmediaciones del Palacio Presidencial, se produjo el tiroteo.
 
Las fuentes agregaron a EFE que un grupo de "chimeres", partidarios radicales de Aristide que han sembrado el terror en los últimos meses en Puerto Príncipe, disparó desde el tejado de un cine contra la multitud.
 
Otro grupo de "chimeres" disparó contra la gentes desde una calle aledaña a la vía donde circulaban decenas de miles de personas en la marcha, que celebraba la salida de Aristide hace una semana hacia el exilio en República Centroafricana, tras dimitir del cargo después de meses de presión en las calles contra su gobierno.
 
El cuerpo de Ricardo Ortega quedó tendido varios minutos en la calle sin que nadie pudiera hacer nada por socorrerlo, ante la amenazada de los agresores, que seguían disparando contra el gentío.
 
Cuando los atacantes huyeron sin que los soldados franceses y la policía haitiana, que vigilaban la manifestación, pudieran detener a los agresores, varias personas y compañeros informadores recogieron a Ortega, malherido, y lo trasladaron a la clínica de Canapé Vert.
 
En el hospital, cuando los médicos se disponían a intervenir quirúrgicamente al periodista y camarógrafo español, éste falleció debido a la gravedad de las heridas y tras entrar en estado de "shock", indicaron fuentes medicas.
 
El resto de los informadores españoles desplazados para cubrir la crisis haitiana, según pudo comprobar EFE, no sufrieron daño alguno.
 
En la manifestación también resultaron heridas de bala entre diez y quince personas más, entre ellas algún periodista o fotógrafo extranjero, según relataron a EFE varios colegas y testigos presenciales.
 
La cónsul de España en Haití, Pilar Méndez, se presentó en el hospital para llevar las diligencias formales para hacerse cargo del cadáver del periodista español, que llegó hace unos días a Haití para cubrir el conflicto del país caribeño.
 
EFE pudo comprobar que en el mismo hospital de Canapé Vert había al menos ocho heridos de bala más, además del cuerpo sin vida del corresponsal español.
 
Durante la manifestación no se produjo incidente alguno hasta que llegó a las inmediaciones del Palacio Presidencial que ocupó Aristide hasta hace una semana y pese a la estricta vigilancia de soldados franceses, infantes de marina de EEUU y policías haitianos.
 
En la marcha, las decenas de miles de personas que participaron exigieron el procesamiento de Yvon Neptune, primer ministro haitiano, y de funcionarios del gobierno y dirigentes del partido Familia Lavalas, oficial en Haití hasta hace una semana.
 
Tal y como habían pedido los convocantes, nadie iba armado, y la marcha fue acompañada, además de por la policía, por soldados franceses, mientras que los infantes de marina estadounidenses se apostaban en algunos cruces de calles para evitar la dispersión de los manifestantes.
 
Guy Philippe, el ex comisario y principal líder de los rebeldes, participó en la manifestación, rodeado de seguidores, subido sobre el techo de una camioneta, mientras otro tanto hacía Louis-Jodel Chamblain, que de ser líder de los escuadrones de la muerte durante la dictadura del general Raoul Cedras (1991-1994) se presenta ahora como un adalid de la libertad de los haitianos.
 
También participó Evans Paul, ex alcalde de Puerto Príncipe, y uno de los líderes de la Plataforma Democrática, convocante de la manifestación, que repetía que con ella se pretendía limpiar de criminales del país, decir no más a ningún otro dictador, y dar la batalla por la democracia para demostrar la voluntad de cambio del pueblo haitiano.