La justicia japonesa condenó a morir en la horca al fundador de la secta Verdad Suprema, Shoko Asahara, por un total de 13 delitos, entre ellos, el atentado con gas sarín en el subterráneo de Tokio en 1995.

El juez Shoji Ogawa fue el encargado de emitir el veredicto tras un juicio de casi ocho años que pedía la pena capital contra el acusado.

Publicidad

La pena de muerte fue solicitada para 11 de los 189 miembros del culto que enfrentaron juicio.

El ataque al metro de la capital japonesa generó una ola de conmoción en ese país, tras descubrirse que el grupo estaba obsesionado con el uso de armas biológicas y químicas.

Publicidad

Otros crímenes
Además de su responsabilidad en la muerte de doce personas en el subterráneo de Tokio, el líder del culto fue acusado de matar a otras quince, entre ellas siete víctimas de un ataque con gas nervioso en el centro de Japón en 1994.
Hiroyuki Nagaoka, líder de una asociación de víctimas del culto, asistió al veredicto.

Miles de otras personas que estaban en el metro de Tokio en el momento del ataque, todavía sufren problemas  a causa de haber respirado el gas sarín.

Asahara no dio ningún testimonio coherente durante el juicio. Sus abogados argumentaron que había perdido control sobre sus seguidores en el momento de los ataques.