Según las autoridades locales, el número de fallecidos llegó a los 560. Las operaciones de rescate continúan
 en este país africano.

Un violento terremoto de 6,3 grados en la escala de Richter, que sorprendió a la población mientras dormía, causó ayer más de doscientos muertos y un centenar de heridos en la provincia marroquí de Alhucemas, en el noreste del país.

El terremoto, que se registró en la madrugada de ayer, ha provocado, hasta el momento 564 muertos y unos 300 heridos, según el último recuento oficial, aunque no se descarta que el número de víctimas aumente sensiblemente en las próximas horas conforme avanza el rescate.

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Algunas autoridades locales de las zonas afectadas han expresado su temor de que el número final de víctimas mortales del seísmo supere las trescientas.

La mayoría de las víctimas pereció en diferentes poblaciones rurales situadas en las proximidades de la ciudad rifeña de Alhucemas, principalmente en Imzouren y Ait Kamara, a unos 10 kilómetros de la capital de la provincia.
 
Las dificultades de acceso por carretera a algunas de estas poblaciones retrasaron la llegada a las zonas afectadas de los equipos de rescate.
 
La falta de medios humanos y materiales para proceder a las labores de rescate, y a la búsqueda de los supervivientes que podrían hallarse todavía bajo los escombros de las viviendas derrumbadas, ha quedado reflejada en las primeras imágenes del siniestro transmitidas por la televisión marroquí.
 
Tanto el alcalde de Alhucemas, Mohamed Budra, como el de Imzouren, Hasán Hamiduch, lamentaron la falta de medios materiales para proceder a las labores de rescate, como grúas, excavadoras o equipos especializados con perros adiestrados, y de medios sanitarios para atender a los heridos.
 
Las imágenes divulgadas por la televisión mostraban a civiles tratando de remover los escombros con medios rudimentarios, como martillos y cinceles caseros, en la ciudad de Imzouren, de unos 20.000 habitantes, que junto con Ait Kamara han sido las más afectadas por el terremoto.
 
En Alhucemas, una ciudad de la costa mediterránea marroquí con más de 100.000 habitantes situada a unos 150 kilómetros de Melilla, el terremoto no causó muertos, en un principio, aunque sí daños materiales en algunos edificios.

El rey Mohamed VI de Marruecos ha expresado sus condolencias a los familiares de las víctimas de este movimiento telúrico.

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El terremoto ha tenido varias réplicas de menor intensidad, entre ellas una de 4,1 grados en la escala de Richter que causó escenas de pánico entre la población de las zonas afectadas.