“La moda actual está necesitada de excentricidad, porque la hemos aplanado. Las mujeres tienen necesidad de aparecer una diferente de la otra”, sentenció Armani sin apartar la vista de sus modelos.
Con esta clave de exaltación del individualismo, de una personalidad precisa y fuerte, hay que interpretar el desfile que se pudo ver ayer en la capital milanesa y que se resume en una nueva chaqueta entallada en el busto y larga como una corola sobre los costados.
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La mujer Armani del próximo invierno será, pues, excéntrica, para ser diversa y hacerse notar, con una falda que enfatiza las curvas sin mostrarlas, un pantalón estrecho, que marca pero no exhibe, un abrigo con cuello en forma de pétalo que hace brotar el rostro, y un poncho de visón que parece una red, un sombrero con plumas y cintas, un vestido de noche estampado con flores que deja ver una combinación de tul negro. Todas ellas cosas inusuales en el tradicional estilo de Armani.