Un penalti que seguro dará mucho que hablar, cumplido ya el minuto 90 del partido, sirvió a Luis Figo para evitar la derrota del Real Madrid ante el Valencia en el estadio Santiago Bernabeu y dejó en tablas (1-1) un duelo repleto de intensidad entre los dos equipos que marcan el paso en la liga.

El Valencia se quedó sin el liderato que creía haber recuperado y el Real Madrid, que estuvo al borde del KO, cosechó un punto que puede ser trascendental en el desenlace de la liga. Una supuesta falta de Marchena a Raúl, cuando el encuentro parecía resuelto a favor del Valencia, truncó el éxito visitante y aviva la polémica que acompaña a las actuaciones arbitrales en los últimos tiempos.

Fue el final apasionante entre los dos mejores equipos del campeonato. No ofrecieron un fútbol brillante, ni mucho menos, pero la importancia de los puntos en juego se reflejó en cada acción. Real Madrid y Valencia pelearon por cada balón como si en ello les fuera la vida.

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El Valencia, un equipo que funciona a la perfección como colectivo, demostró en el Bernabeu que es un adversario difícil de superar. El trabajo de Rafa Benítez se nota. Planteó una dura batalla al equipo blanco con sus mejores armas: presión, disciplina táctica y una excelente colocación para no dejar vías de entrada hacia su portería.

En el primer acto, el Real Madrid marcó el ritmo desde el pitido inicial y tuvo más tiempo el balón en su poder, pero nunca jugó con soltura y dispuso de muy pocas opciones de batir al arquero Santiago Cañizares. Guti y Beckham, los encargados de fabricar el fútbol madridista desde la zona de medios, estuvieron vigilados y no encontraron espacios para dar salida con claridad al juego de su equipo. Ronaldo y Raúl se quedaron aislados en punta y el Real careció de pegada.

El Valencia, tal vez demasiado agazapado, dibujó algunos contragolpes en la primera parte que pusieron en apuros al Real Madrid, en especial por medio de los volantes Vicente y Mista, cuya velocidad complicó la vida a la zaga blanca más de una vez. Pero al Real Madrid le faltaba la magia del  Zidane, en el medio campo, ese fútbol genial del francés que puede desequilibrar un partido en cualquier momento.