Pasillos, sanjuanitos, albazos y música autóctona fueron algunos de los ritmos que interpretaron una docena de artistas ecuatorianos residentes en Nueva York, para celebrar el día de San Valentín. El sonido ronco del rondador, la percusión del pingullo y la flauta dulzaina de Pepe Santana recorrieron musicalmente todos los rincones de Ecuador, desde la costa hasta los Andes.