Representa a Pichincha. Le agrada los estudios y soñó con participar en el Miss Ecuador.

La representante de Pichincha para Miss Ecuador, Natalie Pernas, es una de las participantes más altas del grupo: su estatura, de 1,80 metros, no le permite pasar desapercibida.

De grandes ojos cafés y cabello rubio, confiesa que siempre soñó con participar en el Miss Universo.

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“Cuando tenía 8 años organizaba el concurso Miss Universo entre mis peluches y mi mami, que siempre resultaba elegida; hasta le hice a mano una corona con una estrellita y, lógicamente, también le entregué su ramo de flores”.

Cuando creció, las cosas cambiaron. Su dedicación al estudio hizo que olvidara esa costumbre, hasta que este año la llamaron para que participara como candidata en el torneo Miss Ecuador. Así renació el sueño de su niñez.

A su familia le sorprendió la decisión de Natalie ya que por su carácter tranquilo y su vocación intelectual, nunca imaginó que ella tendría un sueño escondido, a pesar de que, cuando niña, intervino en varios certámenes de belleza.

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Su madre, Natacha Pavisic, una arquitecta ecuatoriana de origen croata, afirma que a su hija no le gusta hablar de sus logros. “Simplemente cuando estamos en el lugar de los hechos nos enteramos de lo que ocurre”, dice.

Natacha manifiesta que su marido y ella siempre  inculcaron en sus hijos el amor por el estudio y el trabajo comunitario, prueba de ello es que Natalie se graduó como la mejor alumna en el colegio Menor San Francisco de Quito.

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Inició sus estudios superiores en la Universidad San Francisco; luego ganó una beca para la Universidad de Caramasú, en Michigan (EE.UU.), donde se graduó como Cientista Política; también obtuvo un diplomado en Historia y otro en Relaciones Internacionales.

Pero sin duda el mayor orgullo de los padres es haber visto a su hija culminar sus estudios de política en el Wilson College, de Pensilvania, donde se la distinguió con la mención Summa Cum Laude.

Actualmente Natalie se desempeña como coordinadora académica de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE) en Quito.

“En esta casa la primera obligación es el estudio”, dice Natacha. Por eso los libros abundan en todas las habitaciones y en el cuarto de estudio hay un largo mesón con tres sillas y un computador.

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El padre de Natalie, Antonio José Pernas, también arquitecto, es de nacionalidad uruguaya; sin embargo, se siente un “ecuatoriano de corazón, de alma, de hijos, de esposa, de todo”. Este 3 de marzo cumplirá  30 años de permanencia en el Ecuador, adonde llegó como funcionario de la Oficina de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Su trabajo comunitario ha servido como ejemplo para que sus otros dos hijos, José Antonio (de 19 años) y  Claudia (15), realicen obra social en su tiempo libre; organizar lecturas en los asilos de ancianos es la actividad preferida de Claudia, mientras que José Antonio ayuda a los indigentes.