Miles de enfadados católicos escribieron a la BBC para quejarse por una serie de dibujos animados en la que se representa al Papa como un predicador pueril brincando sobre un resorte, informó el martes la corporación.
Peticiones en contra del programa circularon en parroquias y algunos católicos se arriesgan ir a la cárcel por rehusar pagar la licencia televisiva obligatoria si la serie comienza a mostrarse en el verano.
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“No estoy dispuesto a pagar cuando el Santo Padre está ridiculizado”, dijo el activista de derechos humanos James Mawdsley, que se reunió con el papa Juan Pablo II después de que el Vaticano intervino en su liberación de una cárcel birmana.
Luke Coppen, del diario Catholic Herald, dijo que el programa de dibujos animados era “algo insultante” y que ha causado “una gran conmoción”.