Ante la creciente demanda de exorcismos, los máximos representantes de la Iglesia Católica de la ciudad italiana de Génova crearon un grupo de trabajo formado por médicos y sacerdotes para determinar cuándo está actuando el demonio y cuándo es necesaria la ayuda de psiquiatras.
 
El grupo de tres sacerdotes, un psiquiatra, un psicólogo y un neurólogo - apodado por los medios italianos como "servicio anti-Satán" - trabajará caso por caso, dijo un representante eclesiástico en entrevista telefónica el jueves.
 
"Se reunirán regularmente para decidir si hay un caso de posesión demoníaca y se necesite un exorcismo, o si el problema es mejor tratarlo con un psicólogo", dijo el representante de la Iglesia que pidió no ser identificado.
 
Para los católicos, el exorcismo es la expulsión de lo que se cree es un espíritu maligno que ha poseído el cuerpo de una persona, mediante oraciones y curación a través de las manos.
 
Uno de los exorcistas más destacados de la iglesia alabó la iniciativa, al afirmar que los expertos médicos son necesarios para descartar problemas mentales antes de que pueda iniciarse el trabajo espiritual.
 
"Nunca acepté a alguien que viene sin un certificado médico", dijo el padre Gabriele Amorth al diario Corriere della Sera.
 
El grupo de trabajo de Génova fue creado por el cardenal Tarcisio Bertone.
 
El exorcismo oficial de los Católicos comienza con rezos, la bendición y la rociada de agua bendita, la colocación de las manos sobre la persona poseída y hacer repetidamente el signo de la cruz.
 
El ritual termina cuando el sacerdote ordena al demonio que abandone a la persona poseída.
 
Aunque la Iglesia no suele hablar abiertamente sobre el exorcismo, Bertone declaró la necesidad de este tipo de métodos.
 
"Se ha vuelto difícil hablar de Satán, pero los signos del demonio son palpables", dijo al Corriere della Sera en comentarios publicados el jueves.