Un vulnerable presidente George W. Bush  contraatacó ayer para defender la intervención estadounidense en Iraq e intentar detener su caída en los sondeos a nueve meses de las elecciones presidenciales. 

Durante una entrevista con la cadena de televisión estadounidense NBC, Bush insistió en que la invasión a Iraq fue una “guerra por necesidad”, en medio de las crecientes señales de fracaso en la búsqueda de armas prohibidas.

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Las encuestas de opinión anticipan una contienda disputada entre Bush y el favorito demócrata, el senador John Kerry. Un sondeo de CNN/Time/Gallup  revelado ayer indica que solo el 44% de los interrogados cree que el Mandatario es “un líder en el que se puede confiar”. 

Insistiendo que había iniciado “una guerra por necesidad”, Bush sugirió que  Saddam Hussein podría haber destruido sus arsenales, escondido o  transportado a un país vecino.  “Soy un presidente en tiempos de guerra”, declaró. 

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La Casa Blanca debió revisar su argumentación previa a la guerra luego que el ex inspector de armas estadounidense, David Kay, dijo que probablemente no  existieran armas prohibidas en Iraq poco antes de la invasión. 

“Habrá tiempo suficiente para que el pueblo estadounidense evalúe si tomé o no buenas decisiones, si tuve o no buen criterio”, dijo Bush. Además defendió la tarea de la CIA en la búsqueda de la información y el trabajo de su director, George Tenet.

“Creo verdaderamente que la CIA está bien dirigida por George Tenet”,  manifestó. Anticipando los comicios del 2 de noviembre, Bush predijo: “No voy a perder”. Sin embargo, se negó a ratificar la predicción de un aliado legislativo, quien dijo que las tropas estadounidenses capturarán a Usama Ben Laden antes de las elecciones.