Un equipo de científicos detectó nubes de hidrógeno neutro que parecen ser los restos de los "bloques de construcción" de una galaxia en torno a Andrómeda, dijo este martes la Fundación Nacional de Ciencias de EE.UU.
Los astrónomos, que trabajan con el Telescopio Robert C. Byrd de Green Bank, en Virginia Occidental, encontraron esas nubes en un torbellino alrededor de la galaxia Andrómeda, la espiral galáctica grande más próxima a la Vía Láctea.
El descubrimiento podría ayudar a que los científicos comprendan la estructura y evolución de la Vía Láctea, así como de todas las galaxias en espiral, indicó la fundación.
También ayudaría a entender por qué ciertas estrellas jóvenes en galaxias maduras están, sorprendentemente, privadas de los elementos químicos pesados que contienen muchas de sus contemporáneas.
"Las galaxias gigantes como Andrómeda y nuestra Vía Láctea, se habrían formado mediante las fusiones repetidas de galaxias más pequeñas y el agregado de enormes cantidades de nubes de masa aún más baja", dijo David Thilker, de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (Maryland).
"Esas nubes las forman objetos oscuros que carecen de estrellas y, sin embargo, son demasiado pequeños para llamarlos galaxias", agregó.
La Vía Láctea y Andrómeda se formaron miles de millones de años atrás en una región del cosmos que bullía con materias primas galácticas, entre las cuales los constituyentes primordiales fueron el hidrógeno, el helio y la denominada "materia oscura".
Es probable que la mayor parte de estas materias primas se haya incorporado a las dos galaxias, pero los astrónomos sospechaban que algunas nubes primitivas podrían encontrarse en algún sitio de la región espacial.
Estudios anteriores habían revelado numerosas nubes de hidrógeno atómico neutro cerca de la Vía Láctea, pero no como parte de su disco.
Inicialmente, los científicos llamaron a esas nubes "de alta velocidad" porque, cuando se descubrieron, parecían moverse a velocidades difíciles de reconciliar con la rotación galáctica.
Ahora los astrónomos pueden usar los radiotelescopios para detectar las radiaciones características, de 21 centímetros, emitidas naturalmente por el hidrógeno atómico neutro.