En una mesa de siete personas, en un hotel de Lima, el primero que termina de comer es Luis Romero, un joven ecuatoriano de Machala. Sus 280 libras de peso y dos metros de estatura explican su inusual apetito.

Obviamente, Luis se ha quedado con hambre. Entonces, Lorena Valdiviezo, peruana de Piura, sentada a su lado, le ofrece uno de los platos de su almuerzo.

Ambos sonríen. Saben que son amigos y que pueden contar el uno con el otro.

Publicidad

La escena tuvo lugar el 15 de junio del 2001. Ese día, un grupo de 60 jóvenes ecuatorianos de Machala y Loja y peruanos de Piura y Tumbes, que forman parte del Proyecto de Integración Panas y Patas, promovido por organizaciones no gubernamentales, se reunieron en Lima para trabajar en distintos proyectos de interés social, compartiendo la misma mesa y el mismo hotel.

Juntos, demostraron algo que a veces se olvida: la amistad no reconoce fronteras.

Enemistad entre vecinos
Viejas amistades se perdieron luego del reordenamiento vial de la ciudadela Los Ceibos, dispuesto a fines del año 2002. Algunas calles que tenían doble sentido se convirtieron desde entonces en unidireccionales, como la avenida Héctor Romero (calle Primera), entre las avenidas Segunda y Cuarta (Francisco Martínez).

Publicidad

Los cambios estuvieron a cargo de Comisión de Tránsito del Guayas (CTG), luego de un estudio técnico recomendado por la Dirección de Transporte de la Municipalidad de Guayaquil.

Sin embargo, vecinos de las ciudadelas Los Olivos, Santa Cecilia, Los Girasoles, Las Cumbres y Colinas de Los Ceibos, consideraron que habían sido perjudicados, porque los cambios obligaron a que realicen recorridos más largos.
El Municipio convocó a las dos partes para buscar una solución, pero nunca se llegó a una conclusión satisfactoria para todos.

Publicidad

En noticias como las que te presentamos arriba, así como en entrevistas, historietas y hasta avisos publicitarios, es posible reconocer un valor o un antivalor. A continuación te proponemos una serie de actividades que puedes realizar en la casa o el colegio, y que tienen por objeto invitarte a reflexionar sobre la amistad.

1 . Dibuja un gran corazón en una cartulina del color que más te guste. Luego, entre las fotos que tengas guardadas de familiares, compañeros de colegio o de barrio, escoge las de tus amigos más entrañables y pégalas sobre el corazón.

2 . Busca en las últimas ediciones de EL UNIVERSO, noticias o historias con un final triste que hubieran podido terminar con felicidad de haber existido una amistad verdadera entre sus protagonistas.

3 . Invita a los miembros de tu familia o a tus compañeros de clase a escribir en grupo una historia llamada “Amigos del alma”. Para eso, el primer participante escribe en el borde superior de una hoja de papel la primera frase y hace un doblez a manera de abanico; luego se lo pasa al segundo, que escribe otra frase dándole continuación a la primera, dobla el papel y lo vuelve a pasar; y así sucesivamente, hasta formar un abanico y completar la historia. Luego desdobla el papel y lee el resultado de esta creación colectiva.

Publicidad

4. Escribe una carta de despedida a un amigo que, por algún motivo, se haya separado o alejado de ti. Recuérdale los momentos de alegría que compartieron así como aquellas situaciones difíciles que debieron enfrentar juntos, y exprésale lo que esa amistad significó para ti. Asegúrate de que la carta llegue a su destinatario.