Los restos de una ballena en descomposición de 60 toneladas estallaron en una calle concurrida de Taiwan, cubriendo a transeúntes, vehículos y tiendas con restos ensangrentados y cortando el tráfico por varias horas, dijo ayer la prensa local.

El animal muerto, de 17 metros de longitud, era transportado en un camión a una universidad para que se le efectuara una autopsia y, según los expertos, los gases de su descomposición interna causaron su explosión en la sureña localidad de Tainan.

La ballena había muerto tras quedar varada en la costa suroccidental de la isla de Formosa, indicaron los medios de comunicación.