Un alemán que confesó haberse comido a otro hombre después de matarlo y desmembrarlo fue declarado culpable el viernes de homicidio no premeditado y sentenciado a 8 1/2 años de cárcel. 
 
Un tribunal estatal falló que Armin Meiwes, un experto en computación de 42 años que conoció a su víctima a través de la internet, no tenía   motivaciones rastreras en el delito, lo cual le evitó ser condenado por homicidio premeditado. 
 
Los fiscales dijeron que Meiwes era "un carnicero de seres humanos que actuó simplemente para   satisfacer un impulso sexual" y buscaban que fuera condenado a cadena perpetua por homicidio. 
 
Su defensa argumentó que, dado que la víctima se ofreció voluntariamente para morir y ser consumida, el delito debía clasificarse como eutanasia, que se castiga con cinco años de cárcel como máximo. 
 
Al iniciarse su juicio, el 3 de diciembre, Meiwes confesó en detalle el asesinato de Bernd Juergen Brandes, de 43 años, ocurrido en marzo del 2001 en el hogar del acusado en Rotemburgo, a unos 30 kilómetros al sureste de la ciudad de Kassel, ubicada en la región central de Alemania. 
 
Brandes viajó a Rotemburgo desde Berlín para responder a un anuncio de Meiwes en la internet que buscaba a un hombre joven para ser "sacrificado y consumido". 
 
Meiwes dijo que Brandes deseaba morir a puñaladas tras tomarse una botella de una medicina contra el resfriado para perder el conocimiento.