El papa Juan Pablo II denunció el jueves que los niños del mundo sean víctimas de abuso sexual, sean forzados a luchar como soldados o explotados por el   obsceno tráfico de órganos. 
 
La condición de los niños en el mundo fue el tema del mensaje anual del Papa para la Cuaresma, un período de ayuno y penitencia para la Pascua, comprendido entre el miércoles de Ceniza y el Jueves Santo. 
 
El Papa felicitó a los padres que buscan tener familias numerosas y a los adultos que prestan atención a los desprotegidos. 
 
 Junto con tan importante generosidad, sin embargo, debe decirse algo sobre el egoísmo de aquellos que no reciben niños. Hay gente joven que ha sido profundamente dañada por la violencia de los adultos, dijo. 
 
Enumeró el abuso sexual, la prostitución forzada, la participación de niños en el tráfico de drogas y en los conflictos armados y el hecho de que niños sean   atrapados en el obsceno tráfico de órganos y personas. 
 
La propia Iglesia católica ha sido golpeada por un escándalo de abusos sexuales que involucró a sacerdotes de Estados Unidos y otros países. 
 
El pontífice también denunció la epidemia de sida en el mundo. 
 
Y qué decir de la tragedia del sida y sus devastadoras consecuencias en Africa?, preguntó el Papa. 
 
Se dice que millones de personas están ahora afectadas por este azote, muchas de ellas infectadas desde el nacimiento. La humanidad no puede cerrar sus ojos frente a una tragedia tan espantosa, consideró el pontífice.