Un médico dice que se repetirán estos casos, pese a la prevención.
El futbolista internacional húngaro Miklos Feher murió el domingo pasado de un ataque al corazón momentos antes del final del partido que su equipo, el portugués Benfica, jugaba ante el Vitoria Guimaraes, informó un portavoz de un hospital.
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El delantero de 24 años fue trasladado a un hospital cercano al estadio, en Guimaraes, tras desplomarse al suelo cuando se jugaba el tiempo de descuento.
Sin embargo, ayer la autopsia del futbolista no permitió a los médicos forenses determinar la causa de su muerte.
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Los médicos, el pasado domingo, intentaron primero reanimarlo en el terreno con masajes cardíacos, en medio de los jugadores que lloraban angustiados.
Entretanto, el doctor Enrique González Ruano, jefe de los servicios médicos de la Federación Española de Fútbol, considera que “seguirá habiendo muerte súbita pese a la prevención” entre los deportistas, ya que “el esfuerzo físico es un precipitante” en estos casos de fallecimiento.
Tras la muerte de Miklos Feher, González explicó que un estudio reciente sobre la muerte súbita refleja que “la incidencia de esta causa es de 1,6 por cien mil habitantes entre las personas que practican deporte con asiduidad”.
González aclaró que pese a lo chocante que puede parecer que los deportistas profesionales fallezcan por muerte súbita, estos pueden “sufrir de repente una arritmia o una embolia pulmonar, generada por un trombo, que se inicia en las piernas y cuando se presenta va al pulmón y produce un taponamiento”.
El estudio apunta la incidencia de la muerte súbita en varios países e indica que en un año “en Francia se producen entre mil y mil quinientos casos entre once millones de deportistas; en Italia un 0,8 por cien mil deportistas y en Estados Unidos un 0,7 por cien mil deportistas universitarios”.