Hungría y Portugal se despertaron hoy conmocionados tras el fallecimiento de Miklos Feher, jugador del Benfica, quien cayó fulminado sobre la hierba del estadio Afonso Henriques, de Guimaraes, en los últimos minutos del partido contra el Vitoria.
En España, la noticia fue impactante. En el vestuario del Real Madrid no se hablaba de otra cosa. Carlos Queiroz, el técnico portugués del Real Madrid, quiso mandar su mensaje de solidaridad tanto a la familia del futbolista como "a la familia benfiquista". "Es una tragedia y una gran pena para todo el mundo del fútbol", dijo Queiroz.
Feher era considerado en la actualidad una de las principales realidades de un fútbol grande en el pasado que lucha por recuperar el protagonismo perdido.
La muerte del futbolista del Benfica es la segunda de similares características que se produce relacionado con este deporte en Hungría en dos años, ya que un hermano menor del internacional Pal Dardai falleció en circunstancias parecidas.
La noticia sorprendió a algunos dirigentes del fútbol húngaro en La Valeta (Malta), donde tienen lugar las reuniones para elaborar el calendario del grupo 8 de clasificación para el Mundial de Alemania 2006.
"Estamos muy afectados, es algo increíble", aseveró desde la capital maltesa Sandor Berzi, el secretario general de la Federación Húngara, quien calificó la muerte de Feher de "una tragedia para el fútbol, especialmente para el húngaro, porque es desolador ver a un joven caer al campo durante un partido de esa manera".
Berzi estaba en La Valeta junto a Imre Bozoky, presidente de la Federación, y el técnico germano Lothar Matthaeus, nuevo seleccionador, quien según el secretario general está también muy afectado.
Al margen del aspecto humano, Feher era un elemento clave para Matthaeus en sus planes para la fase previa del Mundial.
El funeral del futbolista húngaro tendrá lugar el próximo miércoles en su localidad natal, Gyor. El club portugués, entrenado por el español José Antonio Camacho, tiene previsto fletar un avión para transportar a cerca de ochenta miembros del equipo, entre dirigentes y compañeros, para dar el último adiós al que fue su jugador desde la temporada pasada.
La inesperada muerte del deportista conmocionó a todo Portugal, cuyas principales autoridades expresaron su dolor por esta pérdida.
El presidente de la República Portuguesa, Jorge Sampaio, envío un telegrama de condolencia al presidente del Benfica, Luís Filipe Vieira, por la pérdida del delantero.
"Profundamente consternado por el trágico fallecimiento del joven atleta Miklos Fehér, quiero presentarle en estos momentos de incredulidad mis más sentidas condolencias", manifestó el jefe del Estado en su comunicado al dirigente del Benfica.
El primer ministro, José Manuel Durao Barroso, lamentó las "circunstancias dramáticas" que provocaron la muerte del deportista, y mostró a los dirigentes del club lisboeta y la familia del jugador su "profundo sentimiento" por este fallecimiento.
El presidente de la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF), Gilberto Madaíl, calificó hoy de "día negro" la jornada del domingo, que se cerró con la muerte del joven jugador húngaro del Benfica.
Madaíl manifestó horas después de la muerte de Feher, que se desplomó sin aliento minutos antes de concluir el encuentro Guimaraes-Benfica, de la Liga portuguesa, que "personalmente estoy muy emocionado" y que "es un día negro y triste para el fútbol portugués".
Entretanto, el doctor Enrique González-Ruano, jefe de los servicios médicos de la Federación Española de Fútbol (RFEF), considera que "seguirá habiendo muerte súbita pese a la prevención" entre los deportistas, ya que "el esfuerzo físico es un precipitante" en estos casos de fallecimiento.
Tras la muerte de Miklos Feher, González-Ruano explicó a EFE que un estudio reciente sobre la muerte súbita refleja que "la incidencia de esta causa de fallecimiento es de 1,6 por cien mil habitantes entre las personas que practican deporte con asiduidad".
El responsable médico de la RFEF insistió en la dificultad existente para identificar el riesgo, ya que "un electro y una prueba de esfuerzo aumentan la posibilidad de encontrarlo, pero ese aumento no se traduce siempre en la detección y además en estas pruebas hay escasa sensibilidad y se dan falsos positivos".
González-Ruano aclaró que pese a lo chocante que puede parecer que los deportistas profesionales fallezcan por muerte súbita éstos pueden "sufrir de repente una arritmia o una embolia pulmonar, generada por un trombo, que se inicia en las piernas y cuando se presenta va al pulmón y produce una taponamiento", como puede haber sido el caso de Feher, a quien hoy se le efectúa la autopsia.
"El esfuerzo físico es un precipitante en estos casos y hay muchas arritmias que hemodinámicamente no se detectan", señaló el doctor, quien se refirió a la necesidad de hacer "un estudio post mortem, después de la autopsia" para poder precisar más en estos supuestos de muerte.
Enrique González-Ruano se refirió a las causas principales de la muerte súbita como "la miocardiopatía hipertrófica y las anomalías coronarias, que son las causantes de las dos terceras partes de las muertes súbitas que se producen, así como la miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho (arritmia), responsable de una cuarta parte de los fallecimientos".
"Otras causas de esta muerte, que se llama súbita porque es inesperada o se produce en la hora siguiente al inicio de los síntomas, son el síndrome de Marfán, que se da en individuos de gran estatura, la miocarditis -infección-, el prolapso de la válvula mitral, la estenosis aórtica y un síndrome de arritmia que se denomina Wolf Parkinson White", señaló.
El responsable médico de la RFEF dijo a EFE que "a veces pueden detectarse síntomas (prodromos)", aunque los propios sujetos creen que pueden superar, y adelantó algunos de los datos que aparecen en el último informe sobre muerte súbita, que estima que la investigación en esta materia "tiene un coste económico no asumible".
El estudio apunta la incidencia de la muerte súbita en algunos países e indica que en un año "en Francia se producen entre mil y mil quinientos casos entre once millones de licencias deportivas, en Italia un 0,8 por cien mil deportistas y en Estados Unidos un 0,7 por cien mil deportistas universitarios".
El doctor González-Ruano propuso hace unos meses la instalación en todos los estadios de unidades sanitarias específicas para realizar "maniobras de resucitación" con la aplicación del soporte vital básico y si procede el "soporte vital cardiaco avanzado", ya que la "desfibrilación eléctrica" es el "único tratamiento eficaz de un paro cardiaco".
El último caso de muerte súbita se produjo cuando el húngaro Feher, de 24 años, que había saltado al campo en el minuto 60 del partido de liga Guimaraes-Benfica cayó desplomado en el tiempo de prolongación. Tras su ingreso en un hospital a las 21.45 hora local falleció a las 23.23 horas a consecuencia de una tromboembolia pulmonar.