La Unión Europea dijo este martes que busca maneras de endurecer los controles de contabilidad de las empresas tras el caso de Parmalat PRFI.MI, pero las autoridades italianas señalaron que el escándalo hubiera escapado a la más férrea auditoría.
 
Mientras los investigadores seguían tratando de armar el rompecabezas del agujero contable de miles de millones de euros en el gignate alimentario, los ministros de Finanzas de la UE se reunieron en Bruselas para discutir las repercusiones de la súbita caída de Parmalat en la insolvencia.
 
Posteriormente, Frits Bolkestein, el máximo regulador financiero de la UE, dijo que propondrá el fortalecimiento de las normas de contabilidad dentro de la Unión Europea y que quiere suspender a más de un auditor responsable de llevar los libros de la compañía.
 
Los libros de Parmalat fueron auditados por dos compañías.
 
Pero Bolkestein se pronunció en contra de apresurarse a presentar nuevas leyes.
 
"La posición de la Comisión sigue siendo que unas leyes apresuradas y malconcebidas podrían aumentar, en vez de solucionar, los problemas de regulación acentuados por los casos de alto perfil como los de Enron y Parmalat", dijo, después de una reunión de los ministros de Finanzas.
 
Parmalat sorprendió a los mercados financieros hace algo más de un mes cuando reveló un vacío de 4.000 millones de dólares en las cuentas de su unidad de las Islas Caimán, lo que llevó al octavo grupo industrial de Italia a declararse en bancarrota.
 
Once personas, incluyendo al fundador de la compañía, han sido ya arrestados como sospechosos de manipular al mercado,  de bancarrota fraudulenta y de falsificar cuentas y otros posibles delitos.
 
El escándalo también ha generado preguntas sobre la actuación de los bancos.
 
El gigante financiero estadounidense Citigroup C.N dijo el martes que amortizó 351 millones de dólares relacionados con Parmalat y que tenía una exposición de 302 millones de dólares a la compañía, la mayor anunciada hasta ahora por un banco en todo el mundo.
 
Las autoridades italianas están revisando los vínculos de Citigroup con Parmalat, incluyendo la venta de bonos de la compañía, mientras que un ex ejecutivo de Bank of America BAC.N es investigado por su relación con el grupo italiano.   
 
Protección a los inversores
 
La cuestión de la regulación se ha convertido en un tema caliente en Italia por una serie de crisis financieras que incluyen a Parmalat, colapsos de empresas pequeñas y por la compra de inversores de deuda argentina, en incumplimiento,  por 13.000 millones de dólares.
 
Sin embargo, el regulador más importante de Italia dijo el martes desde Roma que la agencia que encabeza no tiene responsabilidad en el escándalo de Parmalat.
 
"En este asunto, estamos enfrentando un fraude que se expandió fuera de las fronteras de Italia... Este tipo de fraude podría escapar incluso a quienes estaban mejor posicionados para hacerle frente", dijo el presidente de Consob, Lamberto Cardia, en una audiencia del Parlamento.
 
Tras pedir más poderes para investigar e imponer multas, Cardia expresó dudas sobre la propuesta del ministro de Economía, Giulio Tremonti, de establecer un sistema de regulación de mercado de tres frentes en Italia, y dijo que éste sería "ineficiente en el corto plazo".
 
El propio viceministro de Economía dijo que la policía financiera de Italia, controlada por el ministerio de Economía, debió haber investigado Parmalat hace años, en una señal de las fricciones dentro de la alianza de gobierno que están siendo generadas por el caso.
 
"Me alegra no ser el ministro de Finanzas de Italia", dijo jocosamente el ministro austríaco, Karl-Heinz Grasser, cuando se dirigía a la reunión de Bruselas.
 
Tremonti dijo que propondrá una reforma para luchar contra el uso de los paraísos fiscales y añadió que esas unidades extranjeras deberían estar sometidas a las mismas reglas que enfrentan sus matrices en casa.
 
Los fiscales dijeron que los gerentes de Parmalat usaron compañías que sólo existían en papel y en paraísos fiscales, documentos falsos y facturas infladas para cubrir el agujero en los libros del grupo que, según los investigadores, podría sumar 10.000 millones de euros.
 
Tremonti dijo que su propuesta será presentada en la reunión del Grupo de los Siete, formado por los países más industrializados del mundo, que se realizara el 6 y el 7 de febrero en Florida.
 
Parmalat, que opera en más de 30 países, tiene presencia en Venezuela, Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Colombia, México, República Dominicana y Nicaragua.   
 
Investigación
 
Los investigadores italianos trasladaron al ex presidente financiero de Parmalat, Fausto Tonna, y al auditor interno Gianfranco Bocchi, a la sede del grupo por segundo día consecutivo para tratar de "reconstruir" los manejos financieros de la compañía.
 
Una fuente cercana a la investigación dijo que los dos ex ejecutivos revelaron "la clave" para entender cómo se alteraron las cuentas.
 
Mientras tanto, Bank of America enfrió las esperanzas de algunos inversores de que el dinero perdido sea encontrado.    Una portavoz del banco dijo que la supuesta cuenta secreta de casi 8.000 millones de dólares de Parmalat no existe, tal y como había anunciado el grupo italiano el sábado.
 
Este mes, Carlo Zauli, un abogado italiano para un grupo de acreedores de Parmalat, había dichoo que había rastreado esa cantidad de dinero hasta una cuenta específica en el Bank of America.  (Información adicional de Francesca Landini en Bruselas, Jacopo Barigazzi en Parma)