El cuerpo del nuncio apostólico en Burundi, Michael Courtney, muerto el 29 de diciembre tras ser tiroteado en ese país africano, llegó ayer a Irlanda para ser enterrado en su nación de origen.
 
Los restos mortales de monseñor Courtney fueron recibidos en el aeropuerto de Dublín, a primeras horas de la mañana, por el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, representantes de la Iglesia Católica, personal militar y familiares.
 
Todos ellos asistieron a una corta ceremonia en el mortuorio del aeropuerto, antes de que el féretro fuera trasladado a la catedral de St Brendan, en el condado de Galway, donde se celebrará un funeral en memoria del prelado.
 
Courtney era  natural del condado irlandés de Tipperaryto.