Sesenta y ocho personas, entre ellas ocho mujeres, cruzaron el pasado viernes a nado el frío  río Moldava a su paso por Praga, en un encuentro acuático que es parte de la tradición navideña en la capital checa.

La temperatura del agua fue de 0 grados centígrados, mientras que la del aire +2,5 grados, y hubo dos recorridos, uno de 300 metros y otro de 100 para los novatos.

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Este año participó un jubilado de 90 años, Ladislav Nicek, mientras que la nadadora más joven fue Tereza Zemanova, de 15, que compitió por segunda vez. La primera dama del país, Livia Klausova, que apadrinó este certamen, felicitó a Nicek con motivo de su jubileo, si bien este –que ya nadó en 54 de las ediciones pasadas–, destacó que “sería mejor que hubiera hecho frío de verdad”.

Esta 57ª edición de los otuzilce (curtidos) se celebró como cada año en memoria del primer “curtido”, Alfred Nikodemo, que cruzó en invierno las aguas del Moldava, afluente del Elba, río en el que se inspiró el compositor bohemio Bedrich Smetana para unas de sus piezas musicales más conocidas.