Las autoridades iraníes se han visto obligadas a atender a los heridos que provocó el terremoto del pasado viernes en Bam (Irán) en los aviones y en la terminal del aeropuerto de Kerman, capital de la provincia.
 
El edificio de la terminal del aeropuerto, situada a 200 kilómetros de Bam, se ha convertido en un improvisado hospital de emergencia, en el que son atendidos en camillas y en el suelo las decenas de heridos que aún siguen llegando procedentes del lugar del seísmo.
 
La sala, de unos trescientos metros cuadrados y a la que pudo acceder EFE por breves minutos, está repleta de enfermos, familiares y sanitarios, que deben sortear las numerosas botellas de suero y medicamentos colgadas de cuerdas que atraviesan toda la estancia.
 
Todos los enfermos continúan vestidos con la misma ropa que les sorprendió el terremoto y que, según las últimas estimaciones difundidas por la radio iraní, podría haber provocado más de 20.000 muertos y alrededor de 40.000 heridos.
 
Fuera, en medio de los grupos de soldados que descargan sin pausa aviones repletos de colchones, mantas, dátiles o agua, entre otros envíos de ayuda humanitaria, se puede ver cada pocos minutos a un grupo de sanitarios de la Media Luna Roja correr hacia la zona restringida donde aterrizan los helicópteros con heridos.
 
Poco después, regresan con camillas y sillas de ruedas ocupadas por mujeres, hombres y niños, la mayoría con traumatismos y síntomas de insuficiencia respiratoria.
 
En las pistas del aeropuerto, varios de los aviones que han ido llegando desde el viernes con heridos se han convertido también en improvisados hospitales, donde los médicos les atienden, ayudados por los familiares, que no se separan de ellos.
 
"Es muy triste, pero siguen llegando muchos enfermos, sobre todo niños", dijo a EFE el responsable del aeropuerto encargado de atender a la expedición que llevó hasta Kerman el primer envío de ayuda humanitaria del Gobierno español, un hospital de campaña.
 
"Mister Juan, pero mire cómo estamos", le decía este responsable al jefe de la expedición española, Juan Angel Bartolomé, de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), para justificar por qué era imposible que los miembros del equipo demostraran a sus colegas cómo montar rápidamente el hospital de campaña.
 
Otra razón es que las autoridades iraníes no han decidido todavía si lo instalarán en el aeropuerto o lo trasladarán a Bam.
 
Para los responsables de la organización del aeropuerto era más importante que el Hércules en el que se había trasladado la ayuda abandonara la pista a la que había llegado a las 05h30 (07h30 en España) y se llevara a los pasajeros que no fueran a quedarse en el país, como ocurría con dos miembros de Cruz Roja y tres de Médicos sin Fronteras.
 
Cuando el avión despegó a las 09h30, horario iraní, los representantes de las ONG citadas continuaban a la espera de que les autorizaran a abandonar el aeropuerto y dirigirse a Bam.