El ave corredora de casi dos metros de altura puede alcanzar una velocidad de 70 km por hora y ha logrado aclimatarse en corrales de pampa en La Joya, en Arequipa. Unos 250 ejemplares traídos desde Inglaterra y Estados Unidos dieron origen a un criadero de 1.500 hembras reproductoras que ponen unos 50.000 huevos al año. Este crecimiento le ha permitido al Grupo Inca, propietario del criadero, exportar alrededor de tres mil chaquetas de cuero de avestruz al año y otros productos procesados al mercado japonés.
“Solamente se utiliza la parte del dorso del ave”, explicó a la prensa Francisco Loayza, representante de ventas de la firma Kero, integrante del Grupo Inca. Cada chaqueta cuesta 1.400 dólares.
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“De la piel que cubre la pata del ave se fabrican billeteras y monederos”, agregó el representante de la entidad que también confecciona carteras y maletines. Para aprovechar al máximo el animal se lo sacrifica pasado los 14 meses con un peso de 100 kilos. El avestruz o Struthio camelus tiene una antigüedad de 7.500 años. El macho se diferencia de la hembra por el color rosado de su pico.
Los resultados de la industrialización del avestruz son parte de un proyecto del Grupo Inca, que en 1999 anunció su plan de lograr una población de 7 mil aves en Perú. Gonzalo Concha Fernández, uno de los responsables del experimento del Grupo Inca, dijo que se trata “del proyecto más grande de avestruz en Sudamérica”.
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