La policía turca ha confiscado grandes cantidades de explosivos, suficientes para preparar cinco coches-bomba, y detenido a una veintena de personas en relación con los atentados suicidas de noviembre pasado en Estambul, que costaron la vida a más de 60 personas.
 
Según informa este lunes la prensa local, las fuerzas de seguridad encontraron doce sacos llenos de explosivos y aparatos electrónicos en una vivienda en Estambul, gracias a informaciones facilitadas por uno de los detenidos en relación con los ataques, identificado como Osman Eken.
 
El propietario de la vivienda, Mehmet Kus, fue detenido junto a otras 20 personas y son interrogados por la Fiscalía de la Seguridad del Estado, añadió la fuente.
 
Eken fue arrestado después de los cuatro ataques suicidas realizados entre el 15 y el 20 de noviembre contra dos sinagogas judías, el consulado británico y una sucursal del banco HSBC, que fueron atribuidos por las autoridades a una célula de la red terrorista Al Qaeda.
 
Según el diario Sabah, Eken facilitó informaciones sobre el escondite de explosivos y los planes para realizar nuevos ataques en el país a condición de no fuera acusado oficialmente.
 
Los detenidos, algunos de los cuales fueron arrestados en la provincia de Konya, en el centro de Anatolia, pertenecen a un grupo integrista islámico llamado "Beyyiat Al Imam" (La elección del Imán).
 
De acuerdo con el diario Sabah, algunos de los arrestados confesaron que uno de los líderes del grupo, identificado como Adnan Ersoz, fue quien planeó los ataques en Estambul.
 
Ersoz, detenido esta semana en Estambul, confesó durante los interrogatorios que su organización planeaba ataques contra los bancos estadounidenses en el puerto Mersin, así como la base militar Incirlik, utilizada por las fuerzas aéreas de EE.UU.
 
Unas 350 personas han sido detenidas hasta el momento en relación con los atentados de noviembre, de ellas 34 han sido remitidos ya a un tribunal de la seguridad de Estado.