El jefe de gobierno de España visitó ayer sorpresivamente a los soldados ibéricos apostados en Iraq, como una señal de apoyo a la guerra liderada por Estados Unidos.
En un viaje que recordó otro similar realizado por el presidente estadounidense, George W. Bush, a Iraq el día de Acción de Gracias, el jefe de gobierno español, José María Aznar, arribó con una delegación de 17 miembros para reunirse con el contingente de 1.300 soldados de su país, apostados en la población de Diwaniya, al sur.
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El viaje fue tan secreto que los soldados no supieron que Aznar estaba allí hasta que la visita fue anunciada a través de un megáfono y el gobernante entró donde estaban ellos, de acuerdo con informes de prensa, es decir exactamente igual como ocurrió con el presidente Bush el mes pasado.
Aznar almorzó con la tropa ibérica y le agradeció su sacrificio. En declaraciones a la prensa, el Presidente español dijo que llevaba saludos del rey Juan Carlos. Sobre la misión de los soldados, expresó que se trata de una lucha por una causa justa, la causa de la libertad, de la democracia, de la estabilidad y del respeto a la ley internacional.
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Dijo que la misión es parte de una campaña global contra el terrorismo. Aznar ha apoyado con firmeza a Estados Unidos, a pesar de la amplia oposición de España.
Bajas españolas
Desde agosto, diez españoles han muerto en Iraq. El peor ataque contra sus soldados fue en noviembre, cuando siete agentes de inteligencia fallecieron en una emboscada.