La aguda sequía registrada en varias regiones de Bolivia ha causado más de 45.000 damnificados y obligado a las autoridades a solicitar el estado de emergencia nacional, informó este miércoles el ministro de Asuntos Campesinos, Diego Montenegro.
 
La medida fue requerida por el Consejo Nacional para la Reducción de Riesgos y Atención de Desastres y Emergencia (Conarade) tras constatar que la falta de lluvias está provocando "daños económicos" en el altiplano occidental, los valles centrales y el Chaco del sureste del país.
 
Según Montenegro, al menos 15.000 familias de esas regiones están sufriendo los efectos de la inestabilidad del clima desde hace varias semanas, en la mayoría de los casos por la escasez de las precipitaciones pluviales.
 
La sequía ha provocado daños a los cultivos de quinua, un cereal andino, en las zonas altas y la muerte de varios miles de reses, especialmente del hato lechero, en los valles de Cochabamba, explicó la autoridad.
 
Por esa razón, el Conarade aprobó el Plan de Atención a la Emergencia 2003-2004, que servirá para poner en marcha acciones urgentes para aliviar las consecuencias del desastre natural, dijo el ministro boliviano.
 
El plan se convertirá en un decreto supremo, probablemente el próximo sábado, cuando se reunirá el Gabinete de Ministros del presidente Carlos Mesa, que dispondrá el estado de emergencia nacional y recursos para su ejecución.