Da miedo recorrer el abandonado y vetusto hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) en calidad de visitante, imagine si va en busca de alivio para sus males.

La estocada final la dio la célebre Comisión Interventora al desmantelarlo, no hay mantenimiento, no hay un buen abastecimiento, peor capacitación y mejoras en la actitud hacia los afiliados que reclaman atención.

Al suspender los quirografarios y no revisar las pensiones jubilares, nuestro temor se acrecenta. La deuda que mantiene el Estado con el IESS nunca la cancelará, más aún, el próximo año el gobierno retirará del Central de libre disponibilidad, dinero ahorrado por los afiliados al IESS para el momento de su jubilación.

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Solo el Poder Divino, a quien imploramos, los podrá iluminar para evitar este abuso. Ni la Ley de Seguridad Social, peor la Constitución Política del país, con los artículos específicos los detienen en sus ambiciones.

Es tiempo de hacer conciencia entre todos los afiliados, para impedir que el esfuerzo de tantos años de sacrificio se vean burlados por un Consejo Superior del IESS.
Fernando Renella Coll
Guayaquil