Cuando uno camina por ciertas calles de las ciudadelas del norte, se percata de la gran cantidad de vidrios rotos, clavos, piedras, que hay en el pavimento.

¿Será por tantos choques de automotores, o porque la gente lanza botellas u otros objetos en la vía pública, o por las protestas de los diferentes gremios a cada rato, o porque la empresa responsable del aseo de Guayaquil recoge exclusivamente las fundas con desechos sólidos y no posee máquinas barredoras de esos materiales?

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Con razón vemos vulcanizadoras por doquier en la urbe.

Esperamos que se tomen correctivos en este tema.

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Mayra Camposano Costa
Guayaquil