A punto de cumplir su 50º aniversario, la revista Playboy se ha volcado en la web y en la televisión por cable para evitar la suerte de la desaparecida Penthouse.
Los tiempos han cambiado, pero Hugh Hefner parece mantener el mismo espíritu que cuando creó la mítica revista desde la cocina de su apartamento con 8.000 dólares prestados. Ese primer número incluía un desplegable a toda página de Marilyn Monroe.
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El editor, que hoy tiene 77 años, continúa dándose la gran vida en Los Ángeles.
Allí vive acompañado de sus seis novias, vestido a todas horas con su pijama de seda, fumando su pipa, y centrado en lo que describe como la “inspiración” para Playboy: “el juego y el placer de la vida”.
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Este mantra hoy suena a cliché desgastado pero era revolucionario en 1953, los tiempos de la caza de brujas y la persecución de comunistas en los que la gente educada evitaba referirse a cualquier asunto sexual en sus conversaciones.
Los grupos conservadores no tardaron en lanzarse al cuello de la revista, pero esto se convirtió en la mejor publicidad y a finales de la década del 50 ya vendía un millón de copias.
Entre sus famosas Playmates –desde Kim Basinger hasta Sharon Stone o Cindy Crawford– las entrevistas a personajes célebres y los textos de las mejores plumas del país, la revista se convirtió en un ícono de la cultura pop.