El autor confeso de un acto de canibalismo sin precedentes en la historia judicial de Alemania compareció ayer por primera vez ante un tribunal de Kassel, con el relato pormenorizado de los detalles del espeluznante hecho.
Armin Meiwes, un especialista en computadoras, de 42 años, es acusado de “asesinato por placer”, por haber devorado a un hombre, con su consentimiento, y haberse comido junto con él un trozo de su pene. Todo fue filmado en un video que ahora está en poder de la policía.
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“La idea era que él fuera una parte mía a través de mi cuerpo”, dijo Meiwes ante la Corte. La víctima, Bernd Juergen Brandes, un ingeniero de 42 años, había respondido a un aviso de Internet del autor del crimen, en el que decía buscar un hombre para devorárselo.
Meiwes, llamado el Caníbal de Roteburgo, describió a los jueces sus fantasías antropófogas y contó que buscaba nuevas víctimas.
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El hombre puede ser condenado a una pena máxima de 15 años de prisión. La fiscalía lo acusa de “asesinato para satisfacer sus impulsos sexuales” y de “perturbación de la paz de los muertos”. Pero la defensa aduce que se trató de un “homicidio a pedido”, lo que podría reducir la condena a un máximo de cinco años.
El sangriento hecho ocurrió el 10 de marzo del 2001 en la buhardilla de la casa de Meiwes, en Roteburgo, preparada expresamente como “matadero”. Luego que la víctima ingirió 20 tabletas de somníferos y media botella de aguardiente, Meiwes procedió a cortarle su órgano genital para asarlo y comerlo juntos.
Cuando Brandes se desmayó diez horas después por la abundante pérdida de sangre, el homicida lo degolló y procedió a descuartizar su cadáver. Los restos congelados de su víctima se los comió Meiwes en los días posteriores.