El jefe de policía de Cincinnati (Ohio), Thomas Streicher, justificó hoy la contundencia que dos de sus agentes emplearon para detener a un hombre que posteriormente murió en un hospital de la ciudad por razones aún no aclaradas.
"Es obvio que uno de los agentes fue agredido cuando intentaba calmar a (Nathaniel) Jones", manifestó Streicher en declaraciones a la cadena de televisión NBC, en las que aseguró que sus hombres "no hicieron nada al margen de los procedimientos habituales".
El incidente, que ha reavivado el debate sobre la brutalidad policial contra las minorías (Jones era de raza negra), fue grabado por una cámara de un auto patrulla y difundido reiteradamente en las últimas horas por las cadenas de televisión del país.
En la grabación se puede ver a Jones, un hombre de 180 kilos de peso, asestando un puñetazo a uno de los policías, tras lo cual los agentes desenfundan sus porras metálicas y le golpean reiteradas veces, incluso cuando está en el suelo, hasta inmovilizarlo.
La policía fue avisada previamente por los propietarios de un restaurante que afirmaron que Jones, de 41 años, se había desmayado frente al local y que "se había convertido en una molestia".
Según el jefe de policía, "se ve lo suficiente en la cinta de vídeo para tener un juicio previo de lo que ocurrió".
En la grabación también se escucha como los policías gritan constantemente a Jones que ponga las manos detrás de la espalda, tras lo cual varios agentes más llegan al lugar de los hechos.
Tras dar la vuelta al detenido, una vez inmovilizado, uno de los policías dice: "todavía tiene pulso, pero no veo que respire".
Jones murió minutos después de llegar al hospital al que le trasladó una ambulancia solicitada por la policía.
Los resultados provisionales de la autopsia indicaron la presencia de cocaína y de la droga PCP (ambas pueden causar conducta incontrolada o violenta) en el organismo del fallecido, quien también tenía el corazón más grande de lo normal.
Aunque los resultados no son oficiales, las autoridades destacaron también que los datos preliminares indican que los órganos vitales de Jones no resultaron afectados por la paliza.
Los seis agentes que participaron en la detención de Jones, cinco blancos y un negro, fueron suspendidos temporalmente de sus funciones, pero representantes de organizaciones civiles pidieron una investigación a fondo para aclarar lo ocurrido.
"No intentamos decir que este hombre fuera inocente. No sé cuáles fueron las circunstancias exactas, pero he visto la cinta y el tipo de golpes que he observado generaría preguntas en la mente de cualquiera", dijo Calver Smith, presidente local de NAACP, la mayor organización de defensa de los derechos de la minoría negra.
Jorge Martínez, portavoz del Departamento de Justicia, manifestó que se están recopilando y analizando los datos en torno al incidente para decidir si el Gobierno federal toma cartas en el asunto o lo deja en manos de las autoridades del estado de Ohio.
Cincinnati sufrió una violenta oleada de disturbios durante tres días en abril de 2001 después de la muerte de un joven negro desarmado a manos de un policía blanco.
Los disturbios, sin precedentes en más de tres décadas, causaron numerosos destrozos, con más de 837 detenidos por hechos violentos o por infringir el toque de queda que se impuso en la ciudad.