El Papa Juan Pablo II se reunió este jueves con el Dalai Lama pero el Vaticano, que tiene tortuosas relaciones con China, dio un tratamiento muy discreto a la visita.
 
El nombre del exiliado líder espiritual del Tibet no aparecía en la lista de personas recibidas por el pontífice en la publicación diaria del Vaticano, que divulga usualmente los nombres de la mayoría de los visitantes ilustres.
 
Un portavoz del Vaticano explicó que esto se debió a que se trataba de una visita de cortesía, cuyo contenido era exclusivamente religioso, aunque las visitas de otros líderes religiosos han sido divulgadas.
 
El Dalai Lama, por su parte, dijo posteriormente que no tenía problemas con la actitud adoptada por el Vaticano.
 
"Esa es la descripción correcta. Fue una visita breve", dijo el Dalai Lama en una entrevista conjunta con Reuters y otra agencia de noticias.
 
"Mi propósito principal era expresarle mi admiración y apreciación por lo que él ha hecho", agregó. "A pesar de su edad y sus difíciles condiciones físicas, está determinado realmente a impulsar la paz y el entendimiento entre las religiones".
 
El monje tibetano dijo que no había discutido asuntos políticos con el Papa, pero aclaró que sí han hablado sobre la cuestión del Tibet en varias de sus reuniones anteriores y afirmó que ambos comparten puntos de vista similares.
 
El Vaticano mantiene unas relaciones tortuosas con China debido a que el gobierno no permite a los católicos chinos reconocer la autoridad del Papa y sólo pueden unirse a una "iglesia patriótica" apoyada por el Estado.
 
El Vaticano alega que el gobierno persigue a los católicos y calcula que unos ocho millones de chinos que son fieles al pontífice practican su fe en secreto en templos clandestinos.
 
Las relaciones entre China y el líder tibetano aparentemente se han descongelado en el último año y medio, pero China aún se opone a que los gobiernos extranjeros se reúnan con el Dalai Lama. China protestó en septiembre cuando el monje tibetano se reunió con el presidente estadounidense George W. Bush.
 
La visita del Dalai Lama a Italia ha provocado controversia porque no se ha planeado todavía una reunión con el primer ministro Silvio Berlusconi. Algunos legisladores han dicho que el gabinete le dio un frío recibimiento para no disgustar a China.