Debemos producir calidad (aunque ya se lo está haciendo), pero eso cuesta más; y no como se pretende, y le dicen al productor, que “aumente su producción, mejore la calidad y baje sus costos”.
Esto lo comprobó el Programa Nacional del Banano, cuando existía y realizó estudio de costos de producción, determinando técnicamente que en las bananeras de más alta producción, por unidad de superficie y de buena calidad de fruta de exportación, tenían un costo de producción mayor que en las bananeras no tecnificadas.
Los ministros de Agricultura y de Comercio deberían hacer auditorías en las haciendas bananeras de propiedad de compañías exportadoras, para que se determinen sus actuales costos de producción por caja de banano de exportación.
Centroamérica está altamente tecnificada en banano, con niveles superiores a las 2.500 cajas por año, tiene muy buena calidad de exportación, el precio mínimo de sustentación no es menor de $ 5,40 por caja, y ninguna compañía de exportación puede pagar menos de ese precio; pues si se reduce el precio mínimo de sustentación se deja sin sustento al productor, que es lo que sucede en Ecuador.
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Aquí debemos determinar técnicamente un promedio del costo de producción de caja de exportación, y a este añadirle un 20% más, que sería la utilidad mínima para el productor.
A partir de ese precio puede funcionar la Ley de la Oferta y la Demanda.
La compañía que no pueda pagar ese precio, que no compre entonces la fruta en Ecuador y se vaya a otra parte a adquirirla y a cancelar por esta como mínimo $ 5,40 o más; y deje a los productores libres, para que se organicen y empiecen, ahí sí, a competir con nuestra fruta, logrando la calidad que se necesita, aunque cueste más, porque la calidad se paga.
Ing. Agr. José Iturralde Álvarez
Guayaquil