Cuatro líderes religiosos y sindicalistas de San Ramón, California (Estados Unidos), en donde se ubica la sede de la petrolera Chevron-Texaco, anunciaron ayer que realizarán un informe sobre la situación de la Amazonia ecuatoriana, tras la intervención de esta empresa, y se comprometieron a exigir una reparación de los daños.

Los religiosos Steve Harms, Dan Goldblatt, Margareta Dahlin Johannson, y el sindicalista John Dalrymple dijeron estar sorprendidos por lo que vieron en las comunidades amazónicas y aseguraron que la tragedia es comparable con la explosión de una bomba nuclear.

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Goldblatt, quien recogió muestras de agua en una botella dijo que acudirá ante el presidente de la Texaco para preguntarle si se atrevería a beber esa agua.

La delegación regresa hoy a San Ramón, donde coordinarán acciones con un grupo que se conformará en Ecuador y que se autodenominará ‘Quito se preocupa’, y que será el encargado de mantener los enlaces con el grupo estadounidense que se llamará ‘San Ramón se preocupa por Ecuador’.