Muchos pacientes no reciben tratamiento a tiempo porque
la enfermedad se diagnosticó como otra afección.
En un estudio sobre la Prevalencia del Asma y Alergia en la Niñez (Isaac), realizado durante dos años a 3.082 estudiantes de 10 escuelas de Guayaquil, la Fundación de Acción Social para la Ayuda de Enfermedades Respiratorias (Faser) concluyó que el 30% de los participantes era subdiagnosticado y tratado indebidamente.
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Que los pediatras atienden las manifestaciones del menor como cualquier otra enfermedad: bronquitis a repetición, rinitis, neumonía, etcétera; y que esa insensibilidad provoca, en la mayoría de los casos, que el asma se prolongue y se exponga al paciente a severas crisis de tos y una vida llena de privaciones. De ser observada como lo que realmente es, el enfermo podría curarse con un tratamiento en dos o tres meses.
La investigación se hizo con alumnos de 13 y 14 años de escuelas y colegios fiscales y particulares, entre ellos Guayaquil, Vicente Rocafuerte, Domingo Comín, Nueve de Octubre, Eloy Alfaro, Cristóbal Colón, María Auxiliadora y Francisco de Orellana. A los chicos les mostraron videos con casos de asmáticos, les realizaron preguntas sobre sus hábitos dentro del hogar y en la escuela, y un extenso cuestionario.
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La veracidad de este análisis fue respaldada por el neumólogo Javier Mayor, coordinador regional para América Latina para el estudio Isaac, quien visitó hace unas semanas Guayaquil para dictar una conferencia a un grupo de pediatras y neumólogos.
El doctor Javier Mayor es además profesor de pediatría y neumología pediátrica en la universidad de Santiago de Chile. Por su experiencia refiere que el problema del subdiagnóstico de los niños asmáticos no solo es de Ecuador, sino de todo el mundo.
“El asma es una enfermedad que se presenta frecuentemente en los primeros dos años de vida, y que si se tratara como tal y con la terapia adecuada el niño se librara prontamente de ella”, dijo Mayor.
Del estudio Isaac realizado en Guayaquil observó que les toca a los pediatras, que son el primer filtro de control, detectar si ese infante que tiene tos recurrente, crisis de tos en las noches, encogimiento de pecho, es un caso de asma y derivarlo al pediatra neumólogo, o iniciarle el tratamiento (si sabe cómo hacerlo).
Un asmático, sea un niño o un adulto, debe ser controlado con corticoides y broncodilatadores, el primero es un antiinflamatorio de las vías aéreas y el segundo relaja la musculatura de los bronquios.
Hoy en día los broncodilatadores se inhalan hacia el pulmón y todos los mitos que existieron contra esto –que hacía daño al corazón, a los pulmones, que impedía el crecimiento en los chicos– eran influenciados por conocimientos inexactos que teníamos hace unos diez años, afirmó el experto.
Dijo que estos fármacos se pueden usar a cualquier edad, desde el lactante hasta el adulto, y que los médicos deben hacerlo sin dejarse influenciar por temores.
Según él, en la actualidad no hay razón para que un niño que tenga asma no haga ejercicios, tome helados, vaya a la piscina, juegue con otros chicos y pase un resfrío como las demás personas.
Las madres deben dejar de convertir a su hijo en un inválido al privarle de las actividades propias de un niño sano. Muy por el contrario, el asmático puede correr y tomar helados siempre que esté con el tratamiento correcto.
“Basta de tratar al asma como una alergia y meterle en la cabeza al paciente que es un alérgico al polvo y hasta negarle los paseos en grupo. Está comprobado que solo el 47% de los niños que tienen asma sufre alergias”, anotó Mayor.
José Ulloa, presidente de la Sociedad de Tisiología y Enfermedades del Tórax, indicó que los virus, hongos, el polvo, el contacto con el pelo del gato o perro, la falta de aseo y ventilación de las viviendas, pueden provocar que un niño se enferme de asma.
Por algunas de estas causas el 80% de los asmáticos inició su enfermedad en los primeros 2 años de vida, y generalmente no se hizo el diagnóstico a esa edad, se lo vino a hacer a los 5 u 8 años.
Lorenzo Pérez Fernández, neumólogo pediatra y cirujano de tórax que hace poco vino de México a compartir sus experiencias con los pediatras del hospital Francisco de Ycaza Bustamante, hizo énfasis en que debe existir sensibilidad en los doctores para no solo detectar el problema en el niño, sino aplicar la terapia.
Advirtió que las madres no pueden continuar dándoles remedios caseros a sus vástagos porque entorpecen el tratamiento recomendado por el médico.
Por ningún concepto se debe dar a ingerir al niño con asma o sin ella, aceite de bacalao, mantecas de cacao o Vaporut, porque esto provoca que se desarrolle una neumonía grasosa, llamada neumonía lipoidea, que es incurable y provoca la muerte.
“Es hora de que las madres se documenten sobre la enfermedad y estén atentas a los síntomas de su niño, y si consideran que el médico no lo asiste como corresponde deben buscar otro auxilio; además, no deben privar al niño de una vida normal”, concluyó el galeno.
Alerta
Terapia
El 30% de los niños que tienen síntomas propios del asma está siendo tratado por otra causa, con antibióticos y terapias respiratorias que no le sirven de nada. Las investigaciones traen cambios profundos en los menores asmáticos en Guayaquil, indica el doctor Javier Mayor, neumólogo pediatra.
Mitos
Muchas de las razones por las que las personas usan los remedios caseros es porque no encuentran respuesta en los fármacos recetados por los médicos, pero esto reafirma que hay un mal diagnóstico del problema.
Alergia
Las inyecciones contra la alergia que se le aplican al paciente asmático no tienen ningún efecto curador en estos casos, el asma no es una alergia. Algunos afectados pueden presentar cierta alergia, pero esta iría en conjunto con las otras manifestaciones de la enfermedad.
Actividades
No hay que convencer al niño de que los juegos, el deporte y los refrescos le hacen daño.