Los irlandeses celtas del siglo V antes de Cristo celebraban el sabbath o día de las brujas.
Brujas, fantasmas, piratas o monstruos con narices largas y enormes ojos rondarán entre hoy y mañana por las calles de Guayaquil. No se trata de espíritus malignos o que los personajes de las películas y cuentos de terror estén vivos.
Publicidad
Niños y jóvenes aprovecharán la coyuntura de la festividad anglosajona de la noche de brujas o de Halloween, que es mañana, para atemorizar con máscaras y disfraces a sus compañeros y amigos.
En las discotecas habrá fiestas donde el requisito indispensable para ingresar y ganar premios es ir disfrazado del personaje que desee. Y si la persona está indecisa de qué usar o ponerse, en algunos centros comerciales puede encontrar la vestimenta, la máscara o el maquillaje adecuados para la ocasión.
Publicidad
Sin embargo, pocos conocen el origen y significado de esta festividad que no siempre fue alegre y que los ritos que se practicaban en el siglo V aC. tenían un carácter purificador y religioso.
Traída por los irlandeses a América, cuando desembarcaron en Estados Unidos en el siglo XIX, esta festividad siempre estuvo asociada con los muertos y las almas en pena por su cercanía con el Día de los Difuntos. Para los cristianos, este nombre se deriva de All Hallows E´en o víspera del Día de Todos los Santos.
En el siglo V aC, en la Irlanda celta de aquel entonces, el 31 de octubre marcaba el fin del verano y se celebraba ese día como el Año Nuevo celta. En esta fecha había la creencia de que los muertos volvían a estar entre los vivos y por eso los celtas hacían sacrificios humanos y de animales en honor al dios Samhaím, señor de la muerte. Durante la ceremonia los celtas se disfrazaban con las pieles de los animales sacrificados, para sacar del pueblo a los demonios que lo visitaban y poder regresar a la normalidad al día siguiente.
Con la ceniza y restos de los sacrificios hacían un rito para conocer el futuro de los siguientes meses.
De la misma manera se celebraba el sabbath o fiesta de brujas. En ella, las brujas y brujos se reunían para ofrecer sacrificios a Satanás, señor de la muerte, mediante ritos, actos sexuales y muerte. En la Edad Media se quemaban gatos negros por creerlos amigos de las brujas.
En EE.UU. comenzaron a celebrar esta fecha las comunidades de irlandeses a mediados del siglo XIX y de allí se propagó la tradición al resto del planeta.