La Corte Suprema de Justicia de Chile ratificó hoy la condena a cinco años de prisión que un juez dictó el año pasado contra el líder de la hinchada organizada "Garra Blanca" del equipo Colo Colo, Sandor Voicin, por intento de homicidio.
El hincha participó en una sangrienta riña a cuchilladas en los graderíos del Estadio Monumental de Santiago en diciembre del 2000, en la que se enfrentó con el también fanático del Colo Colo Guillermo Saavedra Huinca.
El máximo tribunal chileno ratificó también la condena que dictó el juez especial Alejandro Solis contra Saavedra Huinca, a quien sentenció a 541 días de prisión por el delito de lesiones y a la pareja de Voicin, Coroline Mitzy Benimelis, por los mismos cargos, a 600 días de reclusión.
La sanción fue calificada de ejemplar por los comentaristas deportivos chilenos.
Voicin, uno de los líderes de la hinchada organizada o "barra brava" del Colo Colo, también tiene prohibición de entrar a recintos deportivos durante 15 años, tanto a acontecimientos nacionales como internacionales.
Los hechos ocurrieron el 6 de diciembre del año 2000, durante el partido en el Estadio Monumental entre Colo Colo y OHiggins, ocasión en que los miembros de la denominada "Garra Blanca" se trenzaron en una riña descomunal que dejó cinco heridos de consideración, además de 32 detenidos.
Los incidentes fueron registrados por la televisión que dejó en la retina de los chilenos la sangrante y gigante figura de Voicin cuando, cuchillo en mano, se abalanzó contra Saavedra Huinca, su compañero de hinchada.
A partir de esta situación, las medidas de seguridad en los estadios se reforzaron y el Gobierno endureció las exigencias a los clubes para el control de sus hinchadas organizadas.
La sentencia del magistrado Alejandro Solís, es la primera que se aplica en virtud de la Ley de Violencia en los Estadios, aprobada por el Parlamento en 1999.
En los últimos años, los equipos profesionales de fútbol chileno han perdido fuertes sumas de dinero, principalmente por la ausencia de los hinchas que no asisten a los estadios por temor a la "barras bravas", grupos que en la mayoría de los casos cuentan con el beneplácito de los directivos y apoyo financiero.
En Chile, hasta el momento han muerto dos personas por la violencia en los estadios, que también ha dejado numerosos heridos y daños a la propiedad pública y privada.