El nuevo presidente de Bolivia, Carlos Diego Mesa Gisbert, nació en La Paz el 12 de agosto de 1953. Era periodista cuando se convirtió en político.Está casado con Elvira Salinas y tiene dos hijos, Borja y Guiomar.

Ha escrito más de diez libros, pero de ellos se destacan Manual de Historia de Bolivia y Presidentes de Bolivia: entre urnas y fusiles.

Su buena fama como historiador y periodista hicieron que Sánchez de Lozada recurriera a él, en febrero del 2002, cuando contaba con el 21% de aceptación del pueblo.

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El discurso de Mesa siempre ha sido el de la no política y no ha tenido preferencias por ninguno de los partidos políticos bolivianos.

Para algunos analistas su juventud, en cuanto al medio en el que se tendrá que desenvolver, es un punto débil que hace que varios sectores cuestionen el manejo que hará del pueblo boliviano, bastante complejo debido a la cantidad de etnias existentes (aimaras, coyas, cambas y demás) y a la diversidad física del territorio, que hacia el Noroeste es árido y en el Oriente es fértil.

Además de los conflictos económicos sobre temas especialmente delicados como la erradicación de los cultivos de coca, fuente de ingreso de la región del Chapare y su líder indiscutido, Evo Morales.

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Pero Carlos Mesa también tiene puntos a su haber y es su conocimiento histórico de la sociedad boliviana, que le permitiría una lectura más acertada de la realidad y su equilibrio y serenidad.

Pedro Susz, director de la Cinemateca, dijo que Mesa  es “un intelectual en el más profundo sentido del término, que tiene perspicacia para ser un buen gobernante. Como todo intelectual es poco cálido, pero muy leal como amigo”.

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Lupe Cajías,  secretaria de la Lucha contra la Corrupción, en un sondeo realizado por Diario El Deber de Santa Cruz, opina que el nuevo mandatario sabe escuchar y es humilde aunque no lo parezca, acepta sus errores y trata de rectificarlos. “Pero es ingenuo y demasiado sincero. Pone las cartas sobre la mesa cuando en política hay que saber ser calculador y le falta conocer administración pública”.

En su discurso inaugural como presidente constitucional de la República, Mesa mostró a Bolivia en su plurietnicidad y destacó el desarrollo y pujanza del Oriente del país.

Aseguró además que daría paso al referendo consultivo sobre el asunto del gas, pero evitó convocar a miembros de la oposición para trabajar en su nuevo gobierno, hecho que sorprendió a este sector de la nación.