La compañía española Repsol obtuvo este jueves la  licitación para el desarrollo, infraestructura y exploración de gas natural en  la cuenca de Burgos, situada en el norte de México, anunció la compañía  petrolera Pemex.

El monto total del contrato es de 2.437 millones de dólares, señaló en  rueda de prensa Manuel Alegre, gerente de suministros estratégicos de Pemex.

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La inversión prevista por la compañía en los próximos tres años sólo en el  llamado bloque Reynosa -uno de los siete de la cuenca de Burgos- ascenderá a  170 millones de dólares, siendo el presupuesto estimado para 2004 de unos 42  millones de dólares, indicó, por su parte, Repsol en un comunicado.

"Las actividades a realizar en 2004 consistirán principalmente en la  adquisición y procesamiento de 700 km2 de sísmica tridimensional y en la  perforación de ocho pozos de desarrollo. El impacto de esta inversión se verá  reflejado en la producción de gas a partir del año 2005", señaló la empresa.

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Repsol era la única compañía que quedaba en liza para este tipo de  contrato, denominado Contrato de Servicios Múltiples (CSM), tras la retirada de  ExxonMobil (Estados Unidos) y Total (Francia) del concurso.

La Cuenca de Burgos es un rico yacimiento de gas natural no asociado a  otros hidrocarburos, situado a unos 1.000 km al norte de Ciudad de México, en  el estado de Nuevo León.

Los siete bloques en perspectiva de explotación en la cuenca tienen una  superficie total de 12.500 km2, según Pemex.

México, a pesar de sus grandes reservas de gas natural, debe importar  actualmente 1.000 millones de pies cúbicos diarios, a un costo que pronto  alcanzará los 2.000 millones de dólares, según cálculos de la paraestatal  mexicana.

Los CSM son una nueva fórmula de asociación empresarial que Pemex quiere  utilizar para ampliar las capacidades de exploración y extracción de  hidrocarburos en el país.

Los CSM son contratos de obra pública sobre la base de precios unitarios,  en los cuales Pemex mantiene tanto la propiedad de los hidrocarburos como las  obras ejecutadas, como establece la Constitución, que estipula el monopolio  nacional de esos recursos.

El contratista recibe un pago en efectivo, basado en precios unitarios, y  no por porcentaje de los productos energéticos o de la explotación global.