Los siameses egipcios de dos años de edad separados el domingo en Estados Unidos duermen en camas individuales tras una maratónica cirugía, pero lo médicos advierten que enfrentan una larga recuperación en el camino a sus nuevas vidas.
La separación de los niños se llevó a cabo en el Centro Médico Infantil de Dallas tras 26 horas de cirugía.
Los cirujanos plásticos trabajaron luego otras siete horas para cerrar las heridas, injertando tejido de los muslos de los niños en sus cráneos, que antes estaban unidos.
Aún muy sedados, los niños estaban este lunes en estado crítico pero estable, pero los médicos advirtieron sobre potenciales complicaciones, y señalaron que los gemelos deberán enfrentar una larga recuperación.
"Estamos muy complacidos con este resultado, pero la recuperación post-operatoria determina el resultado final", dijo Dale Swift, uno de los cinco neurocirujanos que trabajaron en la intervención para separar a los niños.
"Estaremos muy preocupados por ellos en las próximas semanas. Este es un largo camino", indicó.
Una sala de espera llena con familiares y gente que llevó su aliento explotó en hurras y lágrimas cuando una enfermera anunció poco después de las 11 de la mañana del domingo: "Tenemos dos niños".
El padre "saltó y se colgó de mi cuello y me abrazó y se desmayó", dijo Nasser Abdelal, un pediatra que había cuidado de los siameses en El Cairo y que viajó a Texas con los padres para la operación.
"Por otro lado, la madre lloraba, como todos los demás, y estaba allí agradeciendo a todos y dando las gracias por su destino", añadió.
Ahmed y Mohamed Ibrahim, nacidos unidos por la cabeza en un pueblo 800 km al sur de El Cairo, viven en Dallas desde junio de 2002, donde los cirujanos estudiaron el caso por más de un año.
Los extenuantes aprestos, que incluyeron meses de reuniones diarias en la preparación de la cirugía, rindió sus frutos, señalaron los médicos.
"Parece mentira, pero el plan se desarrolló razonablemente bien", dijo Swift acerca de la operación.
Pero los cirujanos se sorprendieron al descubrir que el hemisferio izquierdo del cerebro de Mohamed estaba firmemente adherido al hemisferio derecho del cerebro de Ahmed. Separarlos resultó ser la parte más difícil de la operación.
"No estaba previsto que fuera tan difícil", señaló Swift.
Los cirujanos también debieron separar una compleja red de vasos sanguíneos compartida por ambos cerebros.
En los próximos días, equipos médicos monitorearán a los mellizos para detectar señales de apoplejía, hinchazón del cerebro, infección, y acumulación de fluidos, todas ellas grandes amenazas.
"Lo más crítico es el comportamiento de las heridas y cuán bien van a sanar", dijo Bradley Weprin, otro miembro del equipo de neurocirujanos.
Más de 50 médicos, enfermeras y otros miembros del equipo participaron en la maratónica operación.
El personal médico contribuyó con su tiempo, en tanto entidades locales de beneficencia recaudaron 125.000 dólares para el uso de las instalaciones del
Centro Médico Infantil.
Hubo donaciones de empresas que aportaron modelos tridimensionales de las cabezas de los niños para ayudar a los cirujanos a preparar la operación, y una mesa de operaciones hecha a medida que rotaba 360 grados y se dividía en dos una vez que los niños fueran separados.
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