Cada día el Municipio recibe 80 solicitudes para abrir carretas de comida rápida en Guayaquil.
“Llegué desde Colta a Guayaquil hace una década, trabajé como lotero por cuatro años y durante ese tiempo ahorraba diariamente para poner mi carreta de jugos”, comentaba Julián Yautibug mientras preparaba un refresco de naranja.
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Julián tiene su negocio desde hace seis años, en esa época invirtió 2 millones de sucres en la instalación. La inversión mayor fue la compra de la carreta –1’600.000 sucres–, una parte le prestó su hermano.
Este microempresario explica que este negocio demanda un gasto diario de 50 dólares. Este valor comprende la compra de naranjas, azúcar, zanahorias, pago de luz, entre otros, y obtiene una ganancia de entre 30 a 65 dólares por día, según la venta.
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Hace un año Julián remodeló su casa con el ahorro diario de sus utilidades. La carreta es la única fuente de ingreso con la cual mantiene a sus dos hijos y envía dinero a su familia en Colta.
Xavier Merizalde, otro microempresario que vende papas, hamburguesas, hot dogs, gana entre 300 y 350 dólares semanales, de los cuales la mitad emplea en la compra de nuevas mercancías.
De su carretón las que más acogida tienen son las papas con pollo y las salchipapas. Vende alrededor de 30 a 40 diarias de cada producto a un costo de $ 0,50 y $ 1,20 respectivamente.
Él comenzó en esta actividad hace cuatro años, invirtiendo 3’500.000 sucres.
En este caso el desembolso semanal es mayor ya que tiene que proveerse de quintales de papas, pollos, embutidos, carne, panes, gas, luz y otros productos para mejorar la variedad de su menú.
La venta informal de un plato típico guayaquileño, como el encebollado, también ha despertado el interés de quienes como Danilo Zambrano desean tener un negocio propio. El Cholo, así lo conocen a Danilo en el lugar donde tiene su quiosco (Ciudadela 9 de Octubre, al sur de la ciudad) desde hace dos años, se levanta a las cinco de la mañana para realizar los preparativos de la venta y dedica 8 horas diarias a esta actividad.
Su carreta le significó un financiamiento de 960 dólares, dinero que pidió a una mutualista. Él vende alrededor de 100 encebollados diarios, a 0,90 dólares cada uno.
Arturo Campoverde, subdirector de Vía Pública de la Municipalidad de Guayaquil, comentó que a diario se reciben 80 solicitudes para obtener el permiso para atender negocios de este tipo. Las estadísticas muestran que el 35% se aprueba, las demás deben cumplir con los requerimientos legales y sanitarios.
La solicitud cuesta 20 dólares al año y la renovación del trámite vale 40 dólares anuales. Los propietarios eligen la forma de pago, explicó el funcionario.
Si los negocios son instalados sin contar con el permiso necesario, el personal del Municipio puede retirarlo de la vía, atendiendo la ordenanza número B-022586.
Las exigencias que ahora cumplen estos locales los tornan más atractivos para los consumidores. Por ejemplo, Olga Alarcón, una consumidora, comentó que ahora es más confiable comer productos en esos carretones.
Este no es el caso de Mirna Fernández, quien contó que prefería evitar ingerir alimentos preparados en carretas, porque “no sabe cómo han sido preparados”.
Pese a que no existen cifras oficiales, la mayoría de carretas se ubica en el sector norte y centro de la ciudad.
Atienden todos los días, se abren a partir de las 18h00. “Un choclo caliente a las 03h00 es la mejor opción para quitar la resaca”, dice Xavier Sánchez (22), un consumidor.
Aunque no existe un control directo de los precios de los alimentos que se venden en las carretillas, sus propietarios, tienen un “acuerdo”. Por ejemplo, una hamburguesa puede cotizarse entre 0,50 y 2 dólares, dependiendo del lugar donde se compre.
Asimismo, las costillitas con salsa, cuestan 2,5 dólares en la mayoría de locales, mientras que los chuzos (carne, chorizo, papa, maduro y verde asado) vale de 1 a 2 dólares.
Los hot dogs también valen de 0,50 a 2 dólares, en el caso de los hot dogs jumbos, que miden hasta 40 centímetros de largo. Otra variedad son las alitas de pollo empalizadas, por este producto se puede pagar hasta 0,50 dólares.
NEGOCIO
Cifras
No existen registros oficiales del número de locales que hay en Guayaquil, pero en el Municipio informaron que existen alrededor de 1.800 carretas ubicadas en distintos puntos de la ciudad. Algunos atienden solo en horas de la noche, otros venden en las afueras de los colegios y escuelas al mediodía.
Restricción municipal
En las zonas regeneradas del casco urbano de Guayaquil, ciudadelas como Urdesa, Miraflores y Kennedy, no se pueden ubicar las carretas. Sin embargo, en las calles aledañas a la avenida Nueve de Octubre se han instalado carros de comida rápida, cuyos propietarios han patentado los nombres como franquicias. Allí se expenden empanadas, hayacas, humas, chifles, entre otros.
Marca
Aquellos locales que deseen usar un nombre y registrarlo como suyo deben acudir al Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI) y realizar el trámite. Eso les permite a los propietarios de los carretones utilizar el nombre en promociones. Además, la marca adquirida no podrá ser utilizada por otras personas, pues de hacerlo, corren el riesgo de enfrentar problemas legales.
Consejos
Fernando Ortega, gastroenterólogo, recomendó a las personas que consumen estos alimentos verificar que se encuentren en buenas condiciones y sean preparados en ese instante. Con ello se evitarán los riesgos de infección por ingerir productos en mal estado o cocinados sin las condiciones de higiene necesarias.
Convenios
Algunas carretas realizan convenios con empresas de bebidas y distribuyen los productos en forma permanente. Venden jugos o bebidas gaseosas, no expenden alcohol o bebidas energizantes.