La acusación pidió hoy que se procese a otro portero de un local del centro de ocio "Maremagnum", de Barcelona, por su presunta implicación en la agresión al ciudadano ecuatoriano Wilson Pacheco, que falleció tras ser apaleado y arrojado al mar.
 
En nombre de la familia de la víctima y de la ONG "SOS Racismo", la acusación pidió hoy en el juicio que se abran diligencias por un presunto delito de lesiones contra David S.B., portero del local "Caipirinha", en cuyas puertas se originó el tumulto que acabó con la muerte de Pacheco.
 
David S.B. aparece en un vídeo grabado en el momento del suceso junto a los tres acusados del homicidio y, al parecer, propinó dos golpes a Wilson, aunque no se encontraba en el lugar cuando el ecuatoriano fue arrojado al mar.
 
Este portero declaró en el juicio como testigo y reconoció que "se limitó" a dar un par de empujones a Pacheco, antes de que éste recibiese una paliza por parte de otros dos de los tres acusados.
 
Los procesados por este hecho son James Anglada, Mariano R.P. y Antonio F.Q., que se enfrentan a penas de hasta quince años de prisión.
 
Por otra parte, la fiscalía también pidió que se abra un proceso judicial por supuesto falso testimonio contra el vigilante del "Maremagnum" David G., quien fue acusado inicialmente en este proceso por omisión del deber de socorro, aunque luego el juzgado sobreseyó la causa contra él.
 
Según la fiscalía, David G., que en este juicio también declaró como testigo, "ha mentido" para proteger a su colega y amigo Antonio F.Q.
 
El juicio por este caso entró hoy en su recta final con los informes de las acusaciones, trámite en el que la fiscal, que pide 13 años de prisión para cada uno de los tres acusados del presunto homicidio de Pacheco, afirmó que la muerte del ecuatoriano "era previsible".
 
Según la fiscal, los acusados, tras arrojar al agua a Pacheco, sabiendo que podía morir, llevaron a cabo "la acción típica de quién ha cometido un delito, disimulando y tratándole como si no fuese un ser humano", como si fuera un "ente inanimado".
 
La fiscalía cree que los procesados cometieron un homicidio con "dolo eventual", es decir inicialmente no tenían intención de matar pero, en un momento dado, colocaron a la víctima en una situación de riesgo en la que su muerte era previsible.
 
"Hubo un acuerdo tácito sobrevenido para arrojarlo al agua, que se fraguó en el mismo momento de los hechos", dijo la fiscal.
 
La vista finalizará el próximo martes, día en que los abogados defensores expondrán sus conclusiones definitivas, y el miércoles el juez que preside la vista, Daniel de Alfonso, entregará al jurado el objeto del veredicto para que delibere y se pronuncie sobre la culpabilidad o inocencia de los acusados.